“Lo que hizo el Gobierno es defender el bolsillo de la gente”, enfatizó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, para explicar las razones que llevaron al Ejecutivo a incrementar entre 5 y 10 puntos porcentuales las retenciones a las exportaciones de soja, trigo, maíz y derivados. El funcionario polemizó con las entidades ruralistas que sostienen que el verdadero objetivo de la medida es aumentar la recaudación fiscal para compensar los gastos de un año electoral. “Los valores internacionales de los commodities crecieron una barbaridad. Las retenciones sirven para compensar, para que no se alteren los precios internos”, insistió. En particular, lo que se busca preservar son los precios de alimentos básicos, como harinas, fideos, pan, galletitas, aceites y carne de pollo y de vaca.

Dirigentes y empresarios agropecuarios dejaron fuera de su análisis la dimensión inflacionaria. Atacaron al Gobierno por haber tomado una medida inconsulta, que sólo perseguiría elevar la recaudación fiscal y que en el camino ocasiona un daño serio a su actividad, en especial a los productores más chicos. Andrea Grobocopatel, directora del grupo Los Grobo, remarcó que “el aumento de las retenciones perjudicará a los pequeños productores”. Sin embargo, el principal problema para esos productores no es el precio de la soja, el trigo o el maíz, que se encuentran en niveles record, sino la falta de capital para competir con los grandes arrendatarios como Los Grobo. El alquiler de una hectárea en la zona de la Pampa Húmeda llega a 600 dólares, con lo cual para una mayoría de productores chicos es más factible y seguro vivir de la renta de su campo que explotarlo. Y aquellos que cuentan con capital para hacerlo, disfrutan de los precios record. A nivel internacional, la tonelada de soja subió 40 por ciento entre enero y octubre, la de trigo 43 por ciento y la de girasol, 59 por ciento.

“Las retenciones tienen un efecto impositivo indudable, pero básicamente tienen un sentido equilibrador”, insistió Alberto Fernández. “Aquel que produce en pesos y vende en dólares razonablemente tiene que coparticipar con la sociedad el resultado de sus ganancias”, indicó. Finalmente, afirmó que “la rentabilidad que tiene el campo es muy holgada” y puso como ejemplo que “la tonelada de trigo oscila los 200 dólares y el costo de producción es inferior a los 100”.