Tropas estadounidenses mataron ayer a ocho supuestos terroristas de la red de Al Qaida en Irak y arrestaron a otros 17 sospechosos en una operación contra este grupo en el centro de Irak. El anuncio del ejército estadounidense llegó un día después de uno de los atentados más sangrientos en el país. Según fuentes oficiales, el número de muertos por el ataque del jueves había ascendido ayer a 69. Mientras tanto, en el resto del país, al menos cinco personas murieron y decenas resultaron heridas en distintos atentados.

El operativo estadounidense en el centro de país no sólo terminó con detenciones, sino también con la confiscación de un arsenal de armas y materiales para fabricar explosivos. El ejército norteamericano informó que entre los 17 sospechosos arrestados hay un importante dirigente de Al Qaida en el norte de Irak.

Mientras tanto, en otra operación, el ejército de Estados Unidos anunció la captura de un colaborador de uno de los “grupos especiales”, término que utilizan las tropas multinacionales para referirse a milicias chiítas que supuestamente reciben apoyo de Irán. Estas milicias son, según Washington, una de las principales amenazas para las fuerzas de ocupación. Agentes de inteligencia norteamericana han declarado en varias ocasiones que la mayoría de bajas estadounidenses son causadas por los ataques de estos grupos chiítas.