Martes, 15 de abril de 2008 | Hoy
EL MUNDO › EL OBISPO DE WASHINGTON, FRANCISCO GONZáLEZ, ANTICIPA QUE TRATARá AL PONTíFICE EN SU VIAJE A EE.UU.
Benedicto XVI llega hoy a EE.UU. con una agenda de cinco días. Será recibido en la Casa Blanca por el presidente George W. Bush y oficiará dos misas. En Nueva York pronunciará un discurso en la ONU y visitará la Zona Cero.
Por Yolanda Monge *
Desde Washington
A una nación fundada por protestantes llega hoy Benedicto XVI. Será éste su primer viaje a EE.UU. desde que fue elegido Papa hace tres años. Una cuarta parte de la población estadounidense es católica. Y su Iglesia es la mayor donante del Vaticano. Mientras, las parroquias se llenan de inmigrantes. Un tercio de los católicos de EE.UU. son latinos. El Papa ha comprimido su agenda en cinco días. Será recibido en la Casa Blanca por el presidente George W. Bush y oficiará dos misas: en el recién inaugurado campo de béisbol de los Nacionals, en Washington, y en el de los Yankees, en Nueva York. En esta última ciudad pronunciará un discurso en la ONU y visitará la Zona Cero.
El único lujo de su humilde despacho es un óleo de la Iglesia de la plaza de su pueblo (Arcos de Jalón, Soria), lugar al que vuelve cada verano para rezar en la tumba de sus padres. Cuando el obispo de Washington, Francisco González, cumpla 69 años el próximo mes de mayo habrá pasado más de cuatro décadas de ellos en EE.UU. luchando por los más desfavorecidos, entre ellos los inmigrantes latinos.
–¿Qué mensaje trae Benedicto XVI a EE.UU.?
–Trae el mensaje de que Cristo es la esperanza del mundo. Ante Naciones Unidas enfatizará la importancia de la relación entre las diferentes culturas, hablará contra la violencia que existe en el mundo, contra las guerras que lo desangran y dará un mensaje de esperanza.
–El Papa viene a visitar a un presidente muy impopular en su propio país y en gran parte del mundo, precisamente por algunas actuaciones que parecen contradecir los valores que dice defender la Iglesia. ¿Qué opina sobre este asunto?
–La Iglesia no hace esas valoraciones de la vida política de una nación. Pero sí se pronuncia. Por ejemplo, en relación con la inmigración. La Iglesia quisiera que se resolviera la situación de tantos millones de inmigrantes que hay en este país y que se tuviera en cuenta la dignidad de todos los seres humanos y el derecho a no separar a las familias, porque las deportaciones destruyen los hogares. Pretender expulsar a los 12 millones de inmigrantes indocumentados no resolvería nada. Posiblemente incluso perjudicaría no sólo a los individuos sino al país en sí mismo.
–Además de su discurso ante la ONU, la visita del Papa coincide con el 200º aniversario de las cuatro diócesis más antiguas de EE.UU. (Baltimore, Boston, Nueva York y Washington). ¿Por qué no está Boston en la agenda del Papa? ¿Tiene eso algo que ver con el escándalo ocurrido en esa diócesis por los abusos sexuales de sacerdotes a menores de edad?
–No he oído que haya razón alguna. Asumo que el Santo Padre no viaja a Boston por la brevedad del viaje.
–¿Qué efecto ha tenido o tiene todavía ese escándalo en la situación de la Iglesia Católica estadounidense?
–No cabe duda de que existen víctimas y hay que ayudarlas. ¿Cuánto tiempo estará abierta la herida? No lo sé. Es difícil. La mayoría de estos hechos ocurrieron hace 20, 30, 40 y hasta 50 años. Muchos de los sacerdotes acusados ya han muerto. Pero también creo que no se puede alcanzar la paz hasta que se sepa perdonar, de un lado y de otro.
–John F. Kennedy marcó el hito de ser el primer católico en la Casa Blanca. Pero desde entonces no ha habido ningún otro. Ninguno de los tres actuales candidatos presidenciales es católico. ¿Se ha producido un retroceso en la influencia política de la Iglesia Católica?
–Eso es cierto. Pero no es menos cierto que tanto en el Tribunal Supremo como en el Senado los creyentes de esa religión son mayoría. Es verdad que no ha habido más presidentes... Pero después del gobierno federal, la Iglesia Católica es la que más educación ofrece, más escuelas, más servicios sociales...
–¿Habrá que esperar a tener un presidente de EE.UU. latino para que vuelva a ocupar el despacho oval un católico?
–Quizá..., pero es una cuestión política en la que prefiero no entrar. Pero es muy probable que sí. Cuándo y cómo no lo sé.
–El catolicismo es la segunda religión en número de fieles en EE.UU., pero sólo parece crecer debido a la incorporación de los inmigrantes.
–Hay muchas teorías para eso.
–Lo dice el último informe del Foro Pew sobre religión.
–Se progresa en la técnica, en la ciencia, pero también se ve que hay una necesidad de vida espiritual. Si usted se pasa el domingo por nuestra parroquia la encontrará llena.
–En EE.UU. existe pena de muerte.
–Y la Iglesia está en contra de ella, entre otras cosas, porque la vida pertenece a Dios, y segundo, porque se han probado muchos casos en que los condenados han sido gente inocente. Al igual que estamos en contra del aborto.
–Ese es también uno de los grandes debates en este país.
–La Iglesia defiende la vida y eso nunca puede cambiar.
–¿La Iglesia Católica de EE.UU. recomendará el voto a favor de algún candidato?
–La Iglesia no recomienda a nadie. Pero claro, nosotros presentamos los principios en los que creemos, y la vida es uno de ellos. Nosotros decimos: “Esto es lo que la Iglesia defiende”. Y luego cada persona verá los programas de los políticos.
–Benedicto XVI está muy lejos en Estados Unidos del nivel de popularidad alcanzado por Juan Pablo II.
–La prensa dice que más del 50 por ciento de la población tiene buena opinión de él. Sin embargo, muchos dicen no conocerlo lo suficiente. Claro que el anterior papa estuvo más de 25 años en el cargo y fue elegido muy joven. Benedicto XVI cumplirá 81 años el próximo día 16 y hasta ahora no había estado casi nada en la vida pública.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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