En otro día de violencia en Irak, al menos 37 personas murieron ayer en varios atentados suicidas cometidos en Diyala (noreste) y Mosul (norte), dos zonas del país que son bastiones del grupo islamista Al Qaida. En Diyala murieron 28 y hubo por lo menos 55 heridos, mientras que en Mosul fallecieron nueve personas en dos atentados suicidas. En Bagdad, capital del país, dos personas resultaron muertas y 10 heridas por un disparo de mortero.

Según los informes, un hombre que llevaba colocado un cinturón de explosivos condujo su coche dentro de la base militar Saad y, cuando se hallaba dentro de él, detonó los explosivos ante cientos de reclutas. Mientras, de forma casi simultánea, otro suicida hizo estallar su cinturón de explosivos junto a la puerta 7 de la base, situada a 10 km de Baquba, la capital de Diyala. Los dos individuos tenían por objetivo unos 200 voluntarios iraquíes que esperaban enrolarse en un centro de reclutamiento de la base. La doble explosión causó 28 muertos y al menos 55 heridos.

Por su parte, el ejército estadounidense informó sobre 16 “policías” iraquíes muertos y 30 heridos, sin mencionar ninguna víctima entre sus efectivos. “Eramos unos treinta esperando en la puerta de la base. Acababan de llamarnos cuando se produjo una gran explosión”, contó Falah Alí Hussein, un joven de 17 años herido en la pierna, la espalda y la cabeza.

La provincia de Diyala, situada al nordeste de Bagdad, es un bastión de la rama iraquí de Al Qaida y está considerada como una de las más peligrosas de Irak. Más al norte, en Mosul, 370 km al norte de Bagdad, el último “bastión urbano” de Al Qaida según el ejército estadounidense, por lo menos nueve personas murieron en dos atentados suicidas, según afirmaron un responsable de la policía local y un médico.

En el este de Mosul, un terrorista suicida lanzó su vehículo con explosivos contra una patrulla de la policía iraquí, matando a cinco personas e hiriendo a seis, indicó el mayor Ahmed Shaheb. Otro terrorista suicida había matado poco antes a cuatro personas en un atentado que también dejó cinco heridos, contra una patrulla de policía en el centro de Mosul. El hombre hizo detonar sus explosivos cuando los policías trataban de detenerlo.

Ahmed Jassem, médico del hospital de Mosul, afirmó que nueve cuerpos habían sido trasladados al centro médico. Al oeste de la ciudad, otro coche bomba explotó cerca de una patrulla del ejército iraquí y causó seis heridos, entre ellos dos soldados. Estos atentados se producen cuando varias unidades iraquíes, con el apoyo del ejército estadounidense, llevan a cabo una gran ofensiva contra la rama iraquí de Al Qaida en Mosul.

En el centro de Bagdad, dos personas murieron y otras diez fueron heridas ayer como consecuencia de un ataque con un proyectil de mortero. Los muertos son un civil y un agente de policía, que fallecieron por el impacto del proyectil, en el centro de la capital. Este ataque coincide con una nueva jornada de violencia en Irak, después de algunos meses de calma.