Miércoles, 23 de julio de 2008 | Hoy
EL MUNDO › EVO MORALES LE MARCA LA CANCHA A SU VISITANTE
Esta madrugada, a las cinco, Evo Morales recibirá al principal responsable del Departamento de Estado estadounidense para América latina, Tom Shannon. El clima no es el mejor en el Palacio Quemado. El gringo, como lo llama Morales, canceló dos veces la reunión, según sus voceros, por problemas en el vuelo. Por su parte, el presidente Morales aprovechó la víspera para marcar el tono del encuentro. Frente a una multitud de campesinos en Potosí, el mandatario adelantó que le presentará a su invitado todas las pruebas sobre el supuesto complot de Washington para desestabilizar a su gobierno. Además, le recordó que nunca pidió autorización para visitar el interior del país, casualmente el Chapare, zona cocalera y cuna política de Morales.
No es la primera vez que Morales cita a un funcionario estadounidense al alba. En septiembre pasado, cuando el embajador Philip Goldberg le pidió una reunión para discutir la relación de La Paz con Irán, el ex líder cocalero le contestó que sólo tenía tiempo para verlo a las cinco de la mañana. Desde entonces, la relación entre los dos gobiernos no mejoró.
El mes pasado cientos de campesinos protestaron e intentaron entrar a la embajada norteamericana en repudio al refugio político que le otorgó Washington al ex ministro de Defensa Carlos Sánchez de Berzaín, un prófugo de la Justicia boliviana. Sánchez de Berzaín y el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada son considerados los principales responsables políticos de la represión a la rebelión popular de octubre de 2003 que dejó 65 muertos, más de 400 heridos e hizo caer el gobierno. La madrugada posterior a la protesta frente a la embajada, Morales removió al jefe de la policía por reprimir a los campesinos.
El rebrote del sentimiento antinorteamericano fue escalando y a las semanas los campesinos del Chapare expulsaron a los funcionarios de Usaid, la agencia del Departamento de Estado denunciada por el gobierno boliviano como el cerebro del complot. Ayer, durante el acto en Potosí, Morales les pidió a los campesinos que estén atentos a las actividades de Usaid y a quiénes van los dólares que llegan a la región.
Shannon, haciendo gala de sus dotes diplomáticas, esquivó las balas y ocupó las pocas horas que estuvo ayer en La Paz para visitar el Museo de Etnografía y Folclore. “Estamos muy abiertos a su punto de vista. Vamos a escuchar todo lo que tenga que decir con respeto, con interés y con voluntad de encontrar un camino que beneficie a los dos países”, fue lo único que quiso adelantar ayer.
Su misión es volver atrás un mes y empezar a hablar de nuevo. Washington no quiere romper el diálogo con Bolivia y perder su presencia en una de las principales regiones productoras de coca (y de gas) de América latina. En la capital norteamericana, la ministra de Planificación del Desarrollo de Bolivia, Graciela Toro, está haciendo un esfuerzo similar para conservar los millones de dólares que su país recibe por la colaboración en la lucha contra el narcotráfico. “No se le está negando la posibilidad de viajar al Chapare. Es sólo un tema de formalidad, de pedir permiso primero”, explicó.
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