Una mañana cualquiera en algún barrio de Bagdad un soldado estadounidense observa a los pobladores que pasean por lo que podría ser un centro comercial. El no lo sabe, pero desde lejos Juba le está apuntando a la cabeza. “Clank”, se escucha y la gente echa a correr. A escasos metros de distancia, los compañeros del soldado siguen con su rutina, hasta que minutos después descubren que uno de su grupo cayó seco en el suelo.

El francotirador de Bagdad nunca falla. Aunque estén pertrechados en sus tanques de guerra, se escondan detrás de vehículos o se rodeen de niños, los marines son presa fácil y por eso muchos le temen al rebelde que ellos mismos bautizaron con el nombre de Juba. “Tienen miedo, colocaron vidrio a prueba de balas en sus jeeps y parece que alguien les dio la orden de que hicieran un baile raro cuando bajan del vehículo para no ser blancos”, explica un militar del Ejército Islámico de Irak (IAI), del que Juba es parte.

Para el grupo insurgente, una de las principales fuerzas sunnitas islamitas en el país, Juba es una especie de celebridad. Desde el 2005, cada año, para las fiestas de fines de octubre, en la entrada de las mezquitas, IAI distribuye videos con los trabajos de Juba. Su primer video fue impactante. El mismo arranca con un hombre diciendo: “Tengo nueve balas y un regalo para George W. Bush. Voy a matar a nueves personas”. Luego se suceden, una tras otra, imágenes de soldados desplomándose sobre sus pies tras los disparos infalibles del guerrillero.

La segunda película apareció un año después y muestra cómo el francotirador, luego de regresar de una misión, marca sobre un papel en la pared una nueva raya, su víctima número 37. A fines del 2007 apareció el tercer video. Al igual que los dos CD anteriores, el más reciente se titula Regalo de Fiesta y viene con canciones combativas de fondo que llaman a la resistencia. En esta ocasión la insurgencia incorpora a la policía y la guardia nacional de Irak al elenco de víctimas, junto a las ya clásicas ejecuciones de soldados norteamericanos.

“No soy un criminal sediento de sangre, sólo defiendo la tierra que ustedes invadieron y a nuestros niños a los que le robaron la felicidad”, dice Juba en un texto que aparece en su último video. “Si vienen como invasores les haremos pagar a sus familias lo que le hicieron a nuestras madres. Nunca olvidaré cuando tu francotirador mató una niña”, añade.

Según el diario francés Le Monde el insurgente misterioso se convirtió en un verdadero éxito entre la juventud de Irak, donde el 70 por ciento de la población está desocupada. A medida que se agranda su leyenda, también crece el pánico entre sus enemigos. “A algunos (militares norteamericanos) les preocupa que Juba se convierta en un héroe de la resistencia”, reza uno de los videos, que cita frases de soldados estadounidenses extraídas del diario inglés The Guardian. “Hay mucha gente que habla de las proezas de Juba y eso puede que haya propiciado que otros francotiradores lo imitaran”, explicó al diario español El Mundo el ex capitán del Ejército Islámico de Irak, Musa Ali.

En Estados Unidos las películas del francotirador provocaron una conmoción. Después de que la CNN difundiera los videos de Juba en 2006, los republicanos acusaron a la cadena de apoyar la guerra en Irak. “Al mostrar ese horrible video a la audiencia mundial CNN sirvió a los intereses de los terroristas”, denunció el congresista de Florida Dave Weldon, quien pidió al gobierno que removiera a los periodistas acreditados para cubrir la guerra. Al día siguiente, CNN tuvo que publicar una nota en su sitio de Internet en el que explicaba que el video salió al aire “para preservar la verdad”. La nota, mencionaba que los editores habían debatido durante horas antes de tomar la decisión.

Dos años después de ese episodio la insurgencia sigue viva en Irak. Aunque el ejército de Estados Unidos dice haber capturado e incluso matado a Juba, el IAI publicó ayer un nuevo video del francotirador de Bagdad, reveló a PáginaI12 Abu Abdul Rahman, otro francotirador que en el 2003 se convirtió en vocero del ejército de la Jihad. Con un acento árabe en su castellano, asegura que todos los grupos de la resistencia tienen sus Juba y publican sus CD. “Todos estuvimos en el ejército obligatorio antes de la invasión. Por eso empezamos la lucha desde una etapa más avanzada”, se enorgullece. “Los civiles están prohibidos y se utilizan varios tipos de armas que tenía el ejército iraquí. Después usamos las que capturamos en combate con los norteamericanos”, añadió.

La vida del francotirador de la guerrilla no es fácil. Según Rahman, debe adaptarse a múltiples oficios: poner bombas en carreteras, utilizar morteros como los que impactan contra la zona verde en Bagdad o hacer inteligencia. “Cada día es posible que la guerrilla suba nuevas operaciones en sus sitios web de los francotiradores”, cuenta. El representante de la Jihad dice haber matado a cuatro soldados estadounidenses y herido a tres. “Me sentí muy feliz especialmente en la primera operación”, reconoció. En cambio, Juba mató a 154 soldados, seis oficiales y cuatro francotiradores, según cifras del IAI. Probablemente Rahman siente una sana envidia. “Los videos de Juba son superbonitos”, suspira.