Sábado, 2 de agosto de 2008 | Hoy
EL MUNDO › OPINIóN
Por Fidel Castro *
Están a punto de iniciarse los Juegos Olímpicos en China. Hace unos días escribí sobre nuestro equipo de pelota. Dije que nuestros atletas tenían una prueba muy dura y no eran ellos los que merecían las mayores críticas si algo no salía bien. Reconocí su calidad y patriotismo. Estaban deprimidos por las críticas que llegaban de Cuba. Supe después que se mostraban muy animados. Habían aprendido a manejar los condimentados alimentos coreanos con palitos al estilo del Oriente asiático. Enviaron un vibrante mensaje patriótico el 26 de Julio. Sin duda, enfrentarán con honor la difícil prueba.
Pero, ¿acaso están en igualdad de condiciones con los equipos de ricas potencias, como Estados Unidos y Japón, que van a competir con Cuba? Estas poseen casi treinta veces más habitantes la primera y once por lo menos la segunda, no están bloqueadas económicamente y disponen ambas de enormes riquezas. Nadie les roba ni les saquea atletas. Japón ha ordenado a sus profesionales participar en el equipo olímpico y tienen que hacerlo porque así lo determinan sus dueños. Eso no tiene nada que ver con los atletas que han sido convertidos en mercancías.
Estados Unidos, en vísperas de las Olimpíadas, compró con su dinero mercenario a Alexei Ramírez, líder jonronero de la Serie Nacional del 2007 en nuestro país. El manager del equipo que lo compró se jacta de que no sabe en qué base ubicarlo porque está bien entrenado en todas. Repugnan los detalles de los trámites mercantiles que rodearon el caso y divulgaron los cables sobre el reparto de dinero. Antes habían comprado al más prometedor pitcher de Pinar del Río, José Ariel Contreras, sembrando así la inseguridad y la desconfianza.
Los dignos atletas cubanos del equipo olímpico de pelota, que han sido excelentemente atendidos por los anfitriones coreanos y lo serán aún más en China, tendrán que competir en las circunstancias desfavorables que expliqué antes. Cualquiera que fuese el resultado, ellos saben que lo que nos importa es el honor y el valor con que luchen. Pero no sólo en la pelota tiene lugar la agresión imperialista. Hace unos meses, una parte de nuestro equipo masculino de fútbol se dejó arrastrar a la traición en Estados Unidos, reduciendo las perspectivas de Cuba en ese deporte en el área internacional. Una atleta olímpica de judo y casi segura medalla de oro fue sobornada. Comprando nuestros atletas, nos arrebataron cinco medallas de oro seguras en el boxeo olímpico.
En las Olimpíadas, que se inician el 8 de agosto, nuestros atletas de diversas disciplinas se batirán por el oro con más dignidad que nunca y nuestro pueblo disfrutará de sus medallas como jamás lo hizo. Entonces los fanáticos se acordarán de los traidores.
* De Granma. Especial para PáginaI12.
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