Barack Obama habló ayer en Florida detrás de un atril que rezaba “Seguridad económica para las familias estadounidenses”. Unas horas antes el Departamento de Trabajo había anunciado que el desempleo había alcanzado el nivel más alto en los últimos cuatro años. La noticia llegó en el momento perfecto para Obama y su nuevo plan de reactivación económica. “El mes pasado se perdieron 51 mil empleos. Es el séptimo mes consecutivo que el nivel de empleo disminuye. Un total de 463 mil puestos de trabajo se perdieron desde el comienzo del año”, advirtió el senador de Illinois. El candidato demócrata propuso utilizar parte de las ganancias de las empresas petroleras para financiar un subsidio a las familias compuestas por al menos un asalariado. En cambio, su rival, John McCain, sigue defendiendo una baja de los impuestos a las grandes empresas.

Con esta propuesta, Obama busca diferenciarse de McCain, que lo acusó de no tener una estrategia para terminar con la dependencia del petróleo extranjero. El candidato republicano se sumó la semana pasada a la propuesta del presidente George Bush de abrir la exploración y explotación en aguas costeras, un reclamo de vieja data de las petroleras norteamericanas. Además, McCain había sugerido eliminar los impuestos a la nafta que pagaban las compañías petroleras. “No creo que dar cuatro mil millones de dólares en devolución de impuestos a las compañías petroleras ayude a crear empleos o a aumentar el poder de compra”, fustigó Obama. “Debemos ayudar a las familias y no a las compañías petroleras”, agregó el senador.

Según explicó en su discurso de campaña en un gimnasio de una escuela secundaria, la idea es compensar por el aumento de la nafta. “O si usted vive en un Estado donde el invierno es muy duro, el reintegro será suficiente para cubrir sus cuentas del gas. O podrá utilizar el reintegro para cualquier otra factura que no llegue a pagar”, explicó. Las familias recibirían mil dólares hasta el cuarto trimestre del año y los trabajadores solteros, 500.

Los fondos saldrían de un aumento de impuestos a las petroleras. Estas empresas se han mantenido al margen de la crisis económica que azota a la mayoría de los sectores productivos en Estados Unidos. Esta semana, Chevron anunció que ganó más de 11 mil millones de dólares en el primer semestre del año, un 10 por ciento más de lo que había reportado el año pasado en el mismo período.

“Las cifras de empleo muestran que no podemos permitirnos cuatro años más de la política de George W. Bush, como propone John McCain, puesto que ha fracasado”, concluyó Obama. La líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, también responsabilizó a la Casa Blanca. “Las cifras del empleo son otra señal dolorosa, y para muchos muy personal, de cómo la estrategia económica de la administración Bush ha fallado para los trabajadores estadounidenses”, aseguró. En febrero pasado, el Congreso, de mayoría demócrata, aprobó un primer plan de reactivación económica que suponía una devolución de cerca de 155 mil millones de dólares en concepto de impuestos. El objetivo es evitar una recesión y reimpulsar el consumo interno.

Mientras los demócratas aprovechaban el aumento del desempleo para golpear al gobierno republicano, McCain utilizó los mismos datos para volver a pedir una baja en los impuestos a las empresas. “A diferencia del senador Obama, no creo que aumentar los impuestos sea la respuesta a nuestros problemas económicos”, señaló ayer, durante un discurso en Florida. “No hay una forma más segura de expulsar puestos de trabajo del país que aumentando los impuestos a los negocios”, agregó.

Sin embargo, la reducción de impuestos del gobierno de Bush no ha conseguido frenar la desaparición de puestos de trabajo. Según el informe divulgado ayer por el Departamento del Trabajo, en julio el sector de la producción perdió 22 mil empleos, cinco mil fueron despedidos en el rubro servicios y 6300 personas habrían tenido que cerrar sus negocios. El mes pasado las empresas financieras echaron a 13 mil empleados.