El comandante en jefe de Estados Unidos para Irak y Afganistán fue instado a detener los ataques aéreos no autorizados contra militantes en Pakistán porque están provocando sentimientos antiestadounidenses y creando dificultades para el gobierno civil. El mensaje fue transmitido por el ministro paquistaní de Defensa, Chaudhry Ahmad Mukhtar, al general Petraeus, nuevo comandante de operaciones militares de Estados Unidos en Afganistán e Irak, que se encuentra de visita en Islamabad, durante una reunión en Rawalpindi, cuartel general del ejército paquistaní, cerca de Islamabad.

“Pakistán le pidió a Estados Unidos respetar su soberanía e integridad territorial, pues los frecuentes ataques con aviones teledirigidos pueden generar sentimientos antiestadounidenses y crear una ola de indignación y protestas”, indicó el Ministerio de Defensa en un comunicado. Mientras que Estados Unidos puede estar apuntando a los militantes en las áreas tribales, a los que responsabiliza por los ataque a través de la frontera sobre tropas occidentales en Afganistán, muchos paquistaníes civiles, incluyendo mujeres y niños, han muerto por estos ataques.

El general Petraeus, acompañado por el asistente del secretario de Estados Unidos, Richard Boucher, se reunió con Zardari ayer. Zardari fue citado como diciéndole al general: “Los continuos ataques con aviones teledirigidos sobre nuestro territorio, que resultan en la pérdida de vidas preciosas y de daños materiales, son difíciles de explicar por un gobierno democráticamente electo. Está creando una brecha en la credibilidad”.

La visita del comandante estadounidense coincide con un tenso momento en las relaciones entre ambos países debido a los ataques estadounidenses, que han causado numerosas víctimas civiles. El miércoles pasado, Pakistán llamó a consulta a la embajadora estadounidense, Anne Patterson, en protesta por los recientes ataques. En los últimos tres meses hubo alrededor de veinte de estos ataques, el más reciente durante el fin de semana en Waziristan norte y sur, en el que murieron 32 personas.

Pero el nuevo liderazgo civil se ha visto forzado a caminar sobre un filo. Mientras por un lado desea continuar siendo considerado un aliado de Washington, el gobierno –en amplias operaciones de contrainsurgencia contra militantes, que costaron la vida de 1500 soldados pakistaníes– está en grave peligro de aparecer como peleando una guerra con Estados Unidos. En público, por lo menos, le conviene al gobierno criticar las acciones de la administración Bush.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12

Traducción: Celita Doyhambéhère.