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Luego de su victoria en las elecciones presidenciales panameñas del domingo, ayer el Tribunal Electoral (TE) le informó al empresario de derecha y presidente electo Ricardo Martinelli que también dispone de mayoría legislativa. Alianza para el Cambio (AC), el vehículo electoral de Martinelli, obtendría al menos 37 diputados sobre los 71 que componen la Asamblea Nacional, frente a los 21 escaños que habría logrado el oficialista Partido Revolucionario Democrático (PRD) y su candidata Balbina Herrera, casi veinte bancas menos que en las elecciones de 2004.

Cuando el próximo 1º de julio Martinelli tome las riendas del país, se encontrará con una desaceleración de la economía producto de la crisis, por lo que el crecimiento del PIB pasará de un auspicioso 9,7 por ciento de media en los tres últimos años a unas previsiones del 3 por ciento para este año. Para hacer frente a esta situación, el magnate de 57 años ya dejó entrever sus ribetes liberales: el dueño de la mayor cadena de supermercados del país propone, en un país con un 30 por ciento de pobreza, una reforma tributaria que llama “de tasa plana” y que según analistas locales podría ser fuertemente regresiva, al equiparar ciertas contribuciones hechas por ricos y pobres.

Además, el presidente electo anunció durante su campaña modificaciones al régimen de salud y educación; en cuanto al primero, Martinelli desea que no dependa más del Estado y quede en manos de las patronales y, para la segunda, prevé una descentralización que se presume despertará el rechazo por parte del sindicato de los maestros.

Según Miguel Angel Candanedo,catedrático de Filosofía por la Universidad de Panamá, el supermercadista podría encontrar fuertes resistencias en la sociedad civil frente a sus planes. “El gobierno de Martinelli será un gobierno de una derecha controlada fundamentalmente por empresarios”, precisa el profesor. “Si este hombre intenta flexibilizar mediante una reforma el código de trabajo en detrimento de los más humildes, la reacción de los perjudicados puede ser muy fuerte”, advirtió. Desde la vereda de enfrente, el mensaje es claro. “El campo popular debe organizarse para defender los derechos económicos y sociales de los panameños y enfrentar la situación que nos espera”, afirmó el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso), colectivo que aglutina a diferentes sindicatos de izquierda.