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El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, tenía que presentarse hoy a una extracción de sangre para determinar si es o no el padre del segundo de los hijos de Benigna Leguizamón, la mujer que lo acusó de violación. Sin embargo, el jefe de Estado se amparó en su cargo y recusó la citación, según la cual tenía que trasladarse hasta Ciudad del Este, bajo el argumento de que según la legislación local un mandatario sólo puede comparecer de oficio o en su despacho ante un requerimiento judicial.

Asimismo, el abogado del presidente, Marcos Fariña, precisó que Lugo se amparó en un artículo del Código Civil que exime de prestar declaración ante la Justicia al presidente, a los miembros del Congreso y a los ministros de la Suprema Corte de Justicia.

Benigna Leguizamón, empleada doméstica de 27 años, aseguró el martes que el ex obispo la violó cuando oficiaba misas en el departamento de San Pedro y que fruto de esa violación nació el segundo de sus cuatro hijos, Fernando Lucas, de 7 años, por el cual ahora le reclama la paternidad al jefe de Estado. “Yo me negué y él me forzó. Todo a la fuerza. No me dijo ninguna palabra y me fui a mi casa. Después de dos o tres días le dije que lo iba a denunciar y él me dijo: no me denuncies por favor, yo estoy consciente de lo que hice”, le contó la mujer a periodistas.

No obstante su acusación, la mujer, que en ese entonces tenía 17 años, reconoció que la relación que se estableció entre ambos luego de sus primeros encuentros fue de común acuerdo.

Lugo, por su parte, rechazó de plano los dichos de Leguizamón e incluso ironizó sobre la situación al sugerir que la mujer estaría inventando los hechos. “Creo que forma parte del segundo capítulo, vamos a ver si viene el tercer capítulo”, había dicho el mandatario durante su rueda de prensa semanal de los martes.

Pero Leguizamón no se dio por vencida y le dobló la apuesta al jefe de Estado. “Si quieren guerra, les doy guerra. Si me sigue empujando, voy a contar todo lo que sé y sí que va a haber tercera parte”, amenazó.