EL MUNDO › ESCENARIO

Elsa

 Por Santiago O’Donnell

Ahorita estuvimos con Elsa Conde tomando agua tónica con limón en el bar de un hotel de Avenida de Mayo. Hablamos de drogas.

–Bueno, Elsa, cuéntame: ¿cómo es eso de que has presentado tres proyectos en el Congreso mexicano para legalizar el porro? Me imagino que los demás diputados ni los miraron. ¿Cuántos asesinatos vinculados al narcotráfico hubo este año? ¿Ya pasaron los 4000? Y ustedes son cuatro en una cámara de 300 diputados y encima ya se pelearon entre ustedes, ¿no...? ¿No están con el PRD? Nooo... ¿A la izquierda del PRD? ¿Hay algo a la izquierda del PRD en el Congreso? Hablé con Gerardo, nuestro corresponsal en México, porque no conocía tu partido y me dijo que tu nombre le sonaba, que creía que estabas con la Patricia Mercado, la feminista número uno de México, en una especie de partido cívico. Lo googleé. Claro que te googleé. Una alianza entre la red feminista de la Mercado, grupos ambientalistas, organizaciones cívicas y un desprendimiento de otro pequeño partido, no me acuerdo el nombre. Sí, ése. Y ya se pelearon y te hiciste... sí. Acá en la Argentina se llama “monobloque”. Y acabas de terminar tu mandato. Me imagino lo que hicieron con tu propuesta de legalizar el porro. Ya publicamos tres veces la foto de los decapitados de Acapulco. Impresionante. Imagino que en ese clima tu proyecto no pasó de la Mesa de Entradas. Aunque leí que conseguiste que te lo firmen tres médicos, un diputado por el PAN, el otro por el PRI y el otro por el PRD. No es poco. ¿Cómo? ¿¿¿¿Que se debatió en el Congreso???? ¿Se pudo discutir sobre una alternativa a la guerra contra la droga, en plena guerra, con record de muertos, con los narcos infiltrados en todos los estamentos de la sociedad, en el país de los cárteles que manejan el negocio mundial del narcotráfico? No me lo digas con esa cara de orgullosa. Sí, ya sé, ya sé que hay una movida en América latina para cambiar la mirada hacia el problema de las drogas. Que la movida la encabezan Fernando Henrique Cardoso y una serie de súper grosos. Que están siguiendo el ejemplo de Holanda y Portugal, donde la despenalización bajó el consumo. Que varios países de la región, más recientemente la Argentina, han despenalizado la tenencia y/o el consumo de drogas ilegales. Que está la movida de Evo para legalizar la hoja de coca, tiene el apoyo de Brasil y Argentina y unos cuantos vecinos más. Que Obama se sumó a la tendencia nombrando un zar antidrogas famoso por priorizar el tratamiento por sobre la criminalización, y que además Obama acaba de legalizar el uso medicinal de la marihuana, justamente una de las propuestas que presentaste ante el Congreso mexicano. Y también sé que viniste traída por WOLA, el Transnational Institute y la gente de Aníbal Fernández, y que mañana se encierran tres días con otros capos y capas de la región más unos yanquis y unos europeos en el club Hindú de Don Torcuato para armar un plan regional y coordinar políticas que acompañen estos cambios. Me lo contó la fiscal Cuñarro, una de las personas que se van a internar con vos en el Hindú. Y me pasó el attach con la gacetilla y el programa. Dice que vino un brasileño top top, viceministro o algo así, creo que figura en la gacetilla. Me lo perdí. Ahora, Elsa, tené en cuenta que en Naciones Unidas no pasa nada, Siguen con las políticas represivas de la Convención de Viena. Además, Obama juega a dos puntas. Porque tendrá un zar muy buena onda, pero sigue apoyando la vía militar, no ya policial, en México y en Colombia. Con dólares, abogados y fusiles, como decía Warren Zevon. A México mandó una embajadora repesada, no sé si sabés, nada que ver con el zar. Y en la frontera pusieron una fiscal que también es re-mano dura, ¿Vos pensás seriamente que México puede legalizar el tráfico de drogas, como proponés? ¿Cómo? ¿Qué decís? ¿Que los narcos se convertirían en empresarios? ¿Y qué tiene eso de malo? Son mafias, Elsa. ¿...? Ah... Sí... Sí, cierto. La verdad es que me sorprendí cuando leí que tu país también había aprobado una ley que legalizaba la tenencia de pequeñas cantidades de droga, eso de la Ley de Narcomenudeo. Estuve leyendo. La verdad, no me lo esperaba. ¿¿¿¿Cómo??? ¿Que votaste en contra? Me estás cargando... Ah. Ah. A ver si te entiendo: votaste en contra porque la ley sólo permite la tenencia de cantidades ínfimas. Cinco gramos de marihuana, o sea cuatro caños y un fino. Un gramo y medio de cocaína, o sea una noche sin forzar el motor. Todo lo que va más allá de esas cantidades, que antes estaba en una zona gris, ahora se considera narcotráfico. Ahí estaba la trampa. Se generó un debate superinteresante. La extrema derecha y la extrema izquierda votaron juntas en contra de la ley y casi la voltean. Igual. Yo que vos votaba a favor. Fijá el precedente de que la tenencia no es delito y después peleá las cantidades. ¿Que ahora están en eso? ¿Que están monitoreando la aplicación de la ley? Me parece bárbaro. ¿Pero a qué te dedicás? ¿Al feminismo o a las drogas? Ahora estás acá, con lo de la drogas, y me contás que la semana pasada estabas en Michoacán, sacando de la cárcel a una mujer que metieron presa por hacerse un aborto. Me contás que convenciste al senador del estado, a quien conocías del Congreso. Tomó la causa y consiguieron liberarla. Entonces hacés las dos cosas: feminismo y drogas. ¿Cuál es la relación? Sí, claro. A vos lo que te importa es defender la libertad de los individuos para decidir sobre sus cuerpos. Más educación, menos represión, más libre elección, menos prohibicionismo. Ta bien. ¿Pero cómo manejás el adentro y el afuera? ¿Alguna vez te lo preguntaste? Heterosexual, encima casada desde hace doce años. Minoría absoluta entre las feministas mexicanas, ¿no? Sí, claro. Y formás parte de un partido que no existe, más allá de tu pertenencia a distintas redes sociales, como Colectivo por Una Política Integral Hacia las Drogas (www.cupihd.org.mx), esa que me pediste que mencione. O sea, siempre por afuera. Pero estás adentro. Fuiste diputada, usás tus contactos parlamentarios, obedecés la ley. No cortás una ruta ni en pedo. Bueno, si te sentís cómoda en ese lugar, si sentís que tu experiencia en el Congreso te sirvió, si sentís que ahora sos más efectiva, que las protestas te salen mejor... Eso sí: ahora sos más conocida. Si nunca te lo cuestionaste, ¿qué te puedo decir? Bastante difícil es hacer periodismo como para querer cambiar el mundo. ¿Empezamos la entrevista? No, era un chiste. Sí, ya estoy sufriendo por lo que tengo que escribir. Siempre prefiero haber escrito, je. Y siempre es más fácil cuando el entrevistado no te cae bien. De algo me tendré que disfrazar. Lo que pasa es que no quiero hacerte parecer... ¿cómo te explico? No, ingenua no. Nada que ver. Romántica, soñadora, idealista, puede ser. Militante blackberry siglo veintiuno. Algo se me va a ocurrir. ¿Te van a encerrar en el Hindú o podés salir a la noche? Ah, ¿no? No te preocupes. Sí, tiene cancha de golf. Está lindo para caminar. Bueno pues ni modo Elsa. ¿Nos vemos luego luego?

PD: Acabo de tener una larga discusión con Luciana de Las12 (para Elsa: La sección Mujer de este diario) porque le conté que había hablado con una feminista mexicana pero que iba a escribir sobre el tema drogas. Le dije que iba a escribir de drogas porque Elsa había venido por el tema drogas y porque habíamos hablado del tema drogas, y porque además es un tema que me gusta. Pero Luciana me dijo que no, que tenía que escribir de feminismo. Dijo que los varones tienen que escribir del tema. Yo le dije que no, que ya había escrito de feminismo otras veces pero que esta vez iba a escribir de drogas. Pero ella me insistió cinco veces seguidas y entonces me cansé y le dije que respete mi decisión. Entonces me dijo “capito”. Después, me aclaró que lo dijo cariñosamente. Todo eso tuve que escuchar. Y encima ahora me van a decir que no las dejamos hablar.

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Imagen: Vera Rosemberg
 
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