La Sala 5ª de la Cámara del Crimen tiene en sus manos juzgar si el procesamiento en Primera Instancia de Jorge Atilio Gallelli, uno de los integrantes del Tribunal de Disciplina de la AFA, debe quedar firme. Para la querella, el club Ferro es partícipe necesario en el delito de negociaciones incompatibles con la función pública por el que se sigue una causa contra el ex juez de su quiebra, Rodolfo Antonio Herrera, destituido de su cargo el 14 de marzo de 2005. La historia judicial de este asesor financiero que aplica sanciones deportivas es un símbolo inequívoco de cómo se manejan ciertos asuntos en el fútbol argentino. Su caso, escasamente difundido, remite a personajes como el intermediario y representante de jugadores, Gustavo Mascardi, y a otros ávidos buscadores de oportunidades en instituciones que acentuaron su decadencia en los años ’90, durante la segunda Década Infame.

El fallo del 29 de octubre pasado del juez Fernando Caunedo es un fundamentado texto de 242 páginas mediante el cual resolvió ampliar los procesamientos a casi todos los indagados que participaron en el proceso que se le sigue a Herrera, hoy un abogado que ejercería la profesión entre Buenos Aires y Catamarca, su provincia natal. Entre ellos está Gallelli, miembro del Tribunal de Disciplina desde el 1º de julio de 1993 a instancias de Ferro, la institución con la que dice identificarse. Su lugar en el mundo, donde todavía puede vérselo en el palco VIP asistiendo a partidos del campeonato de la B Nacional.

Gallelli no es un especialista en temas jurídicos, pero comparte el Tribunal de Disciplina con varios abogados que sí llegaron a jueces en altos cargos de la magistratura, como el camarista federal Jorge Luis Ballestero o el ex juez de la Corte Suprema bonaerense, Juan Manuel Salas, quien se jubiló en 2004. El primero está en aquel cuerpo colegiado de la AFA en representación de River y el segundo por Estudiantes de La Plata. Aparecen mencionados en la última memoria y balance de la asociación junto al procesado y los restantes miembros: Adolfo Oscar Botte, Eduardo Bozzi, Hernán González Hudson, Martín La Rosa, Jorge Walter Mesías, Fernando Mitjans, Luis Parietti y el renunciante Argentino Molinuevo (se alejó el 12 de diciembre de 2008).

Casi todos los testigos a los que les tomó declaración el juez en lo Criminal de Instrucción Caunedo precisaron que Gallelli era el representante de hecho de la empresa Gerenciar, que tenía a su cargo el control del fútbol profesional y amateur de Ferro. Según se desprende del fallo, Eduardo Gabriel Sreider, abogado y ex vocal del club, “claramente lo sindicó como la persona que se presentaba como interlocutor de Gerenciar ante la institución, aunque admitió ‘que no figuraba en ninguna documentación’. Y también precisó que el propio Herrera había bosquejado de su puño y letra lo que terminó siendo el segundo adicional del convenio de asistencia –mediante el cual se cedieron los derechos económicos de las transferencias de Tula y Velázquez– y le recomendó ‘que se reuniera urgente con Gallelli, porque lo quería firmado ese mismo día... y amenazó con la quiebra inminente si no se producía el negocio’”.

En su acusación, Caunedo sostiene que “se le imputa haber tenido directa y activa participación en las negociaciones –que habrían sido fuertemente debatidas– previas a la suscripción del contrato con Gerenciar SA el 21 de marzo de 2003, a la que representaba fácticamente en reuniones con el órgano fiduciario –frente al cual era la cara visible de la empresa– y con el juez”.

En las imputaciones hacia el integrante del Tribunal de Disciplina, el fallo sostiene que “con posterioridad, como da cuenta el acta agregada a fojas 411 del cuerpo XXII del expediente de la quiebra, consta que el 1º de junio de 2005 compareció ante la secretaria del juzgado comercial, junto con Carlos Gustavo Mascardi y dos de los integrantes del órgano fiduciario...”. Y concluye que operó “juntamente con Emilio Horacio Mascardi, Carlos Gustavo Marcardi y Enrique Martorell; con el propósito de obtener un beneficio económico ilegítimo para sí y/o la empresa que representaba, cuyo alcance no ha podido determinarse, en perjuicio de la entidad en quiebra y de sus acreedores”.

La disposición del miembro del Tribunal de Disciplina para con el ex juez Herrera lo inclinaba a tomar ciertas iniciativas. Durante una reunión efectuada en un café vecino a los bosques de Palermo se ofreció a explicarle a un grupo de socios las bondades del gerenciamiento de los Mascardi cuando había un pedido de nulidad de ese contrato dando vueltas. La Cámara del Crimen deberá definir si mantiene el procesamiento contra Gallelli y casi una decena de imputados más, entre quienes se encuentran el ex magistrado sorprendido in fraganti con una cámara oculta de Telenoche Investiga, el intermediario y un par de socios de Swiss Medical, la prepaga que quiso gerenciar y después se arrepintió, las restantes actividades deportivas que se realizan en Ferro menos el fútbol.