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Las Naciones Unidas abrieron esta semana una investigación sobre lo que consideraron fueron graves violaciones a los derechos humanos en una superpoblada cárcel de Haití. Según las denuncias, la policía ejecutó a más de una docena de prisioneros durante los caóticos días de enero pasado, cuando el país sufrió el peor terremoto de su historia reciente. Entre 12 y 19 detenidos fueron asesinados y alrededor de 40 resultaron heridos, cuando policías armados irrumpieron en la cárcel de Les Cayes, la tercera ciudad en importancia del país.

Había pasado recién una semana del terremoto y, según las autoridades, querían sofocar un motín. Según relataron más tarde testigos a la ONU, la mayoría de las víctimas estaban con sus manos en alto o se habían tirado al suelo boca abajo, en señal de rendición. La masacre pasó desapercibida entre los 230 mil o 300 mil haitianos (según las cifras oficiales y no oficiales) que murieron en el terremoto del 12 de enero, la mayoría en Puerto Príncipe, en la capital. Cuatro meses después, la ONU decidió abrir una investigación, ya que existe evidencia que demostraría que los prisioneros estaban desarmados.

“En lo que nos respecta, en esa prisión hubo graves violaciones a los derechos humanos”, denunció el domingo uno de los voceros de la ONU, David Wimhurst. El funcionario además agregó que las declaraciones obtenidas hasta ahora de las autoridades haitianas hacen sospechar que habría habido un encubrimiento oficial. “Esperamos a que el gobierno haitiano hiciera su parte y ahora nosotros haremos la nuestra –advirtió Wimhurst–. No estamos aquí para debilitarlos aún más, pero no podemos hacer la vista gorda ante tamaña violación a los derechos humanos.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.