Miércoles, 26 de mayo de 2010 | Hoy
EL MUNDO › OPERACIONES ENCUBIERTAS EN MEDIO ORIENTE Y EL GOLFO
Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
Estados Unidos autorizó una masiva expansión de las operaciones militares encubiertas en Medio Oriente y Africa. El objetivo, según adelantó el diario The New York Times, será destruir las redes terroristas de esas regiones y preparar el terreno para una eventual decisión presidencial de atacar a Irán.
El matutino sostuvo que la directiva del mandatario, bautizada Orden Ejecutiva para una Fuerza de Tareas Conjunta de Guerra No Convencional, fue firmada el 30 de septiembre pasado por el general David Petraeus, el jefe del Comando Central y el hombre a cargo de las operaciones militares estadounidenses en Medio Oriente, Afganistán y el Cuerno de Africa. Bajo sus órdenes, unidades de los Seals de la Marina, la Fuerza Delta del Ejército y otras Fuerzas Especiales podrán operar dentro de los llamados países amigos e, inclusive, dentro de países hostiles, con los que Washington no está en guerra.
El principal objetivo de esos operativos encubiertos, sostiene la orden, será “construir redes para penetrar, quebrar, desbaratar o destruir” organizaciones terroristas y “preparar el ambiente” para futuras ofensivas norteamericanas o de fuerzas locales contra Irán. En gran medida, la estrategia no hace más que institucionalizar las políticas iniciadas por el gobierno de George Bush hijo. El ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld era un fanático de ese tipo de operaciones secretas. Para él las Fuerzas Especiales del Pentágono eran tan efectivas como la CIA.
Ahora su mirada fue adoptada por el nuevo gobierno de Barack Obama. Después del atentado contra las Torres Gemelas en 2001, la Casa Blanca le dio aire al Comando Conjunto de Operaciones Especiales y puso a cargo, entre 2003 y 2008, al general Stanley McChrystal. A mediados del año pasado Obama nombró al general McChrystal como el comandante máximo en la guerra en Afganistán.
Sin embargo, la estrategia no es la misma. Según funcionarios del Pentágono y la CIA, la directiva le da más poder al Pentágono sobre las operaciones clandestinas, que antes monopolizaba la CIA. En otras palabras, el Pentágono no necesitará el permiso explícito del Congreso o del mismo presidente antes de lanzar una operación secreta. En los ocho meses desde que entró en vigencia la orden de Petraeus, algunas de esas operaciones salieron a la luz. Por ejemplo el asesinato de un líder de Al Qaida en Somalia, uno de los responsables de los atentados de 1998 contra las embajadas norteamericanas en Nairobi y Dar-es-Salaam.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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