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La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y el ex mandatario Luiz Lula da Silva abrieron ayer el Cuarto Congreso del Partido de los Trabajadores (PT), que ya comenzó a debatir la crisis internacional y ampliar a tres millones su número de afiliados. En el marco del Congreso, que tiene lugar en Brasilia, el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil rechazó la ofensiva militar de la OTAN contra Libia.

“Estamos contra la intervención de la OTAN en Libia, porque estamos contra la injerencia externa” en todo país, declaró Valter Pomar, miembro de la dirección del PT y participante en el Cuarto Congreso. En el debate, el principal expositor fue Marco Aurelio García, dirigente del PT y asesor internacional de la presidenta Dilma Rousseff, función que también desempeñó durante la gestión de Lula da Silva.

El jueves el gobierno brasileño envió un representante al encuentro de los “países amigos de Libia”, convocado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Allí Brasil reiteró su posición a favor del fin de las hostilidades y de buscar una vía de negociación entre los rebeldes del Consejo Nacional de Transición, que aún no fueron reconocidos por Brasilia, y el régimen de Muammar Khadafi.

“Estados Unidos y Europa no están aceptando pacíficamente su pérdida de posiciones a nivel mundial, están reaccionando de forma agresiva, en términos militares, a través del uso de las armas quieren recuperar posiciones perdidas en lo económico e ideológico”, señaló Pomar.

La situación en Libia debe ser uno de los temas que se debatirán entre hoy y el domingo en el Cuarto Congreso del PT, que a su finalización divulgará un documento. En tanto, Pomar sostuvo que el mundo enfrenta “una crisis inmensa del capitalismo neoliberal, que puede tener muchos desenlaces, nada se puede asegurar por lo pronto”.

Tanto Pomar como Marco Aurelio García entienden que el PT de-sempeña un papel importante en la izquierda de América latina, pero consideran que se deben respetar las particularidades de los movimientos progresistas de cada país. Para Pomar es necesario “aprovechar este momento” de avance del progresismo en la región para “consolidar otro modelo de desarrollo” que evite la “restauración neoliberal... somos de izquierda y anticapitalistas” y la crisis global “nos confirma en nuestra adhesión al socialismo”, concluyó.

En tanto, la dirigencia petista ya comenzó a abordar la crisis internacional y la estrategia para impedir que afecte la economía brasileña, la posibilidad de ampliar el número de afiliados de 1,5 millón a tres millones y una nueva legislación sobre medios. La cúpula petista, reunida en Brasilia desde hace días, también analizó la crisis por denuncias en el gobierno de Rousseff, que ya causó la renuncia de cuatro ministros.