Guatemala y Nicaragua se preparan para las elecciones presidenciales con escenarios muy distintos y claros favoritos. El general retirado Otto Pérez Molina aventaja en 17 puntos a su perseguidor más directo, el neoliberal Manuel Baldizón. Ambos candidatos de derecha contrastan con el favorito y actual mandatario Daniel Ortega, de centroizquierda y que compite como favorito contra otros cuatro candidatos de derecha. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Guatemala se declaró listo para organizar la segunda ronda de los comicios. El observador argentino José Octavio Bordón dijo que esta vuelta sería más sencilla que la primera. Una caravana de camiones custodiados por la policía y el ejército salieron con los últimos paquetes de material electoral para ser distribuidos en los 16 municipios capitalinos. En Nicaragua había ayer una tensa calma en víspera de las elecciones de hoy, con aparente normalidad en las calles pero con un clima político caldeado por acusaciones entre seguidores del presidente Daniel Ortega y opositores. Policías, incluso de grupos antimotines, patrullaban algunas calles y custodiaban los alrededores de la sede del Consejo Supremo Electoral (CSE), en el oeste de Managua. Frente al CSE, pequeños grupos de opositores quemaron llantas, aunque sin mayores consecuencias, en protesta porque, según afirmaron, las autoridades electorales retrasaron la entrega de credenciales a fiscales opositores. “Están haciendo esto para robarse las elecciones”, declaró Javier Miranda, fiscal de una de las Juntas Receptoras de Voto (JRV) del opositor Partido Liberal Independiente (PLI), cuyo candidato, el empresario radial Fabio Gadea, marcha segundo en la intención de votos, 18 puntos debajo de Ortega. Daniel Ortega va por su tercer período, luego de presidir Nicaragua de 1985 a 1990 y de 2007 a la actualidad.