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Desde Roma

El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, comenzó ayer las consultas con los partidos políticos para llegar –se espera– a la formación de un nuevo gobierno, luego de las elecciones de febrero. Pero el camino no parece fácil porque sin el apoyo del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), del cómico Bepe Grillo, un gobierno de centroizquierda, que cuenta con mayoría en la Cámara de Diputados, no pasaría en el Senado. Ambas cámaras deben aprobarlo. “El M5S no dará jamás su consenso a un gobierno guiado por Pierluigi Bersani, ni siquiera si adopta nuestro programa”, asegura uno de los dirigentes “grillinos”, Claudio Messora, en relación con el secretario del Partido Democrático. El PD lidera la coalición de centroizquierda y probablemente el presidente Napolitano le encargue formar el nuevo gobierno al concluir las consultas, por ser la alianza mayoritaria en el Parlamento.

Pero los grillinos repiten que no votarán al “vejestorio” político, los cuales, según ellos, podrían haber cambiado las cosas y no lo hicieron cuando tuvieron la oportunidad. Y para los grillinos, Bersani y el ex primer ministro y ex canciller Massimo D’Alema –cuyo nombre ha aparecido últimamente como eventual reemplazo de Bersani– pertenecen a esa clase. Hay que preguntarse entonces si otros candidatos del PD, como el joven y prometedor alcalde de Florencia, Matteo Renzi, o algunos otros personajes famosos y de prestigio, pero no pertenecientes al mundo de la política, podrían estar entre los potables para Grillo y su gente. De la posición de Grillo y de sus eventuales cambios de humor se tendrá noticia hoy, cuando el M5S sea recibido por el presidente. Hoy será el turno también del Pueblo de la Libertad (PDL, centroderecha) y del PD.

“Lo que sabemos con certeza es que el país tiene necesidad de un gobierno”, dijo convencido el flamante presidente del Senado, el ex juez antimafia Piero Grasso (foto). Grasso y su colega de partido y presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Boldrini, fueron los primeros en entrar ayer en el Palacio del Quirinale, sede de la presidencia de la República, para el encuentro con Napolitano. En sus primeros días de gestión, ambos decidieron reducir el propio salario en un 30 por ciento y dieron comienzo a un estudio de gastos del Parlamento con miras a reducirlo. “Los recortes de gastos son una señal importante. Ni yo ni Grasso formamos parte de la llamada ‘casta política’, somos personas normales como el 99 por ciento de los italianos”, dijo Boldrini . Y agregó: “Italia tiene necesidad de respuestas, de crecer económicamente, de la colaboración de todas las fuerzas políticas”.

Sin embargo, para Grillo no es suficiente y así lo dijo en su blog: “Pidan a todos los parlamentarios que se reduzcan el salario a la mitad y a todos los partidos que renuncien a los reembolsos por electores fijados por ley. Sería un acto de justicia en relación con el pueblo italiano”, escribió. Mientras tanto, los grupos parlamentarios “grillinos” de las dos cámaras se reunieron ayer para llevar una posición clara y unificada al encuentro de hoy con el presidente. Pero al mismo tiempo obligaron a los senadores que votaron secretamente a Pietro Grasso –y gracias a los cuales ganó en el Senado– a decir quiénes habían votado de esa manera y por qué, dado que la orden del Grillo era no votar a ningún candidato de otro partido. No trascendió por ahora si sufrieron alguna reprimenda, pero se sabe que Grillo nombrará una suerte de “inspectores” en las dos ramas del Parlamento para que controlen a su gente, algo no muy bien visto por muchos.

El más claro en sus peticiones al presidente Napolitano fue Nichi Vendola, de Izquierda, Ecología y Libertad, principal aliado del PD. “Frente a los dramas y las esperanzas de Italia, hay que decir No a quien imagina que se puede arrastrar al país a una infinita campaña electoral”, dijo a los periodistas al concluir el encuentro. Según Vendola, esta vez le toca al secretario del PD, Bersani, “expresar su compromiso en el terreno de la innovación política y cultural”. Bersani tiene que tener “todo el coraje que se requiere para poder sacar a Italia del pantano”. La política, continuó, “debe sentir el dolor de Italia y responder positivamente a las grandes instancias de cambio. Le toca a Bersani interpretar los cambios necesarios. Con coraje e innovación”.

Mientras para los centristas de Elección Cívica, el partido del actual primer ministro dimisionario Mario Monti, “es posible y es un deber dar una repuesta de gobernabilidad a los ciudadanos italianos, a través de una actitud responsable de parte de las principales fuerzas políticas”, Silvio Berlusconi se prepara para asistir a una manifestación popular el próximo sábado, contra los jueces que según él complotan contra su persona, y se prepara para decirle hoy al presidente, contó en un programa de televisión, que Italia tiene necesidad de un gobierno de “concordancia nacional” es decir, integrado por el PD y el PDL. Pero este arreglo, que sería la única posibilidad de supervivencia en el poder para el centroderecha, ha sido completamente descartada por el PD.