De acuerdo con lo que reveló ayer la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), el desempleo en el Reino Unido creció en 7000 personas entre noviembre y enero pasado, el primer incremento en un año, lo que aumenta la presión sobre el cuestionado plan económico del gobierno. En total hay 2,52 millones de desocupados británicos, lo que lleva la tasa al 7,8 por ciento. El desempleo entre los jóvenes de entre 16 y 24 años aumentó en 48.000 personas entre noviembre y enero comparado con el trimestre anterior, hasta situarse en 993.000, lo que sitúa la tasa en esa franja etaria en el 21,2 por ciento.

Lo que más se notó es el aumento de los empleados en el sector privado, combinado con la reducción de los del sector público. De hecho, según el diario británico The Independent, el ministro de Trabajo, Mark Hoban, declaró: “Es un mérito que el sector privado emplee un millón 250 mil personas más que cuando el gobierno asumió el poder, ayudándonos a competir en la globalización”. Además, explicó que la economía británica está mejorando, pero todavía enfrenta duros desafíos.

Por otro lado, la cifra negativa aumenta la presión sobre el ministro de Economía, George Osborne, quien ayer presentó ante el Parlamento el presupuesto 2013-2014. Aún más cuando, en el mismo momento, el ministro británico de Economía reveló un nuevo presupuesto de austeridad para Gran Bretaña, pese a unas perspectivas de crecimiento recortadas por la mitad para 2013, debido a “dificultades económicas internas y externas”, en particular en la Zona Euro. De hecho, Osborne –que presentaba su cuarto presupuesto desde la llegada al poder de los conservadores y de los liberal-demócratas en 2010– verá su tarea comprometida por una degradada coyuntura. El ministro achacó el empeoramiento de las proyecciones a “las dificultades económicas internas y externas”, en particular en la Zona Euro, principal destino de las exportaciones británicas, ilustradas por la actual crisis en Chipre.