Domingo, 29 de septiembre de 2013 | Hoy
EL MUNDO › ESCUCHAS PARA USO PERSONAL
La Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense reveló varios casos de abusos de sus empleados, en los que se dedicaron a espiar a personas de su entorno sin ser descubiertos. La información divulgada se hizo pública como respuesta a una solicitud de transparencia del senador republicano Chuck Grassley, que refiere una docena de casos de abusos del aparato de seguridad motivados por intereses personales desde 2003.
Por el momento otros tres casos aún están siendo investigados. Muchos de ellos fueron descubiertos con detectores de mentiras o porque fueron los mismos empleados quienes confesaron su falta. Entre 1998 y 2003 un colaborador espió sin orden oficial nueve teléfonos de mujeres extranjeras y escuchó enteras determinadas conversaciones. La situación salió a la luz cuando su prometida, que también trabajaba para el gobierno, empezó a sospechar. El hombre fue suspendido y renunció antes de que se decidiera cuál sería la sanción.
En 2004, una empleada reconoció que hizo comprobar un número de teléfono extranjero que encontró en el celular de su marido, porque sospechaba que la estaba engañando. Como consecuencia fueron grabadas algunas de sus conversaciones. La mujer dimitió y por eso no fue sancionada. Durante un mes un empleado vigiló el número de teléfono de su novia extranjera en 2003 para comprobar que no tuviera antecedentes. Bajo el mismo argumento otra empleada controló a su novio extranjero y a sus contactos.
Otro caso es el de un colaborador que ordenó espiar cinco direcciones de email de su ex novia. Pero como se trataba de una estadounidense, hubo un control de rutina y la acción se descubrió apenas cuatro días después. En Estados Unidos hay prohibiciones judiciales de espionaje contra sus ciudadanos. En algunos casos hubo sanciones. A un hombre que espiaba a su mujer le redujeron a la mitad el sueldo dos meses y perdió el acceso al sistema. También se le prohibió acceder temporalmente a otro que escuchaba conversaciones extranjeras para aprender el idioma.
En julio, los estadounidenses se enteraron de los programas de espionaje masivo conocidos como Prism y XKeyscore, que permiten la vigilancia de millones de personas dentro y fuera del país a través de los correos electrónicos o llamadas de teléfono. A principios de este mes, se reveló el espionaje desde la NSA contra gobiernos amigos como México y Brasil.
Pero la inclusión de amantes, novias y esposos en la lista de objetivos espiados por la NSA deja a la comunidad de inteligencia sumida en una de sus peores crisis de credibilidad, mientras sus responsables prometen reformas y hacen propósito de enmienda ante el Congreso.
De hecho, el jueves pasado el director general de la NSA dijo que la agencia está inmersa en un proceso de reformas que podrían pasar por el acotamiento de la vigilancia que se practica sobre las llamadas telefónicas y los correos electrónicos. Tras reconocer que durante los últimos años se cometieron algunos errores técnicos y humanos, James Clapper, director de la Inteligencia nacional, aseguró que la NSA está abierta al diálogo para debatir los límites entre seguridad y privacidad y, a partir de esas consideraciones, realizar reformas.
“El gobierno tendrá la obligación de aclarar los criterios que, bajo la sección 215 de la Ley Patriota, han regido la recolección de datos e información hasta ahora. De ello depende la credibilidad de un sistema bajo sospecha que, además, ha sido utilizado con fines ilegales”, consideró Wells Bennet, del Brookings Institution.
El único requisito para poder interconectar toda esta información privada era que el sujeto estuviera “relacionado directa o indirectamente con una persona o una organización extranjera y que fuera de interés para los servicios de inteligencia”, según The New York Times, a partir de la información otorgada por el agente de la CIA Edward Snowden.
Aunque este sistema, según el artículo, fue creado, en principio, para establecer una red de datos amplia que permitiera obtener una extensa información sobre las actividades en Estados Unidos de individuos relacionados con extranjeros sospechosos, en este cruce de datos también se incluyó a ciudadanos estadounidenses, sin importar si estaban involucrados en acciones ilegales o no.
De acuerdo con un memorándum de la NSA de 2011, la agencia indicaba a sus analistas que estaban autorizados a rastrear los contactos de estadounidenses siempre que ofrecieran una justificación relacionada con la inteligencia exterior. “Lo que podía abarcar desde lazos con el terrorismo, la proliferación de armas, el narcotráfico, espionaje o conversaciones con diplomáticos o políticos”, explica el diario neoyorquino.
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