EL MUNDO › LOS LIBERIANOS, EN GUERRA CIVIL, VIVIERON UN TRASPASO DE PODER
El campo está fértil para intervenir
El presidente de Liberia, Charles Taylor, dejó el mando y buscó asilo en Nigeria, tras las presiones externas (de EE.UU).
El presidente liberiano Charles Taylor finalmente cumplió su promesa: después de dejarle su cargo al vicepresidente Moses Blah, abandonó Liberia en un Boeing oficial de Nigeria junto a dos de sus hijas y su vocero Vanii Passewe. En su discurso de asunción, Blah dijo que una “amenaza” sigue pesando sobre Liberia y pidió que la comunidad internacional despliegue “inmediatamente el resto de la fuerza de paz”. También exhortó a Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia (LURD) y al Movimiento por la Democracia en Liberia (MODEL), los dos grupos rebeldes que luchaban contra el régimen de Taylor, a cooperar para reinstaurar la paz. Pero el LURD dijo que no aceptará el gobierno de Blah. Y a las pocas horas de la partida de Taylor, tres buques de guerra estadounidenses aparecieron en el horizonte de la costa de Monrovia, la capital liberiana.
Blah gobernará interinamente hasta que en octubre se llame a elecciones. En un país donde desde 1943 los jefes de Estado sólo dejan su sillón cuando mueren, el traspaso de poder a Blah parece un milagro. Pero todavía falta mucho para que Liberia se recupere de la guerra civil que la azota desde hace 14 años. La población liberiana no recibe ayuda humanitaria desde hace meses y Monrovia está devastada por los combates. Para la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (CEDEAO), la renuncia de Taylor es un paso importante hacia la paz. Pero de ahora en más habrá que ver cuál será la actitud de los rebeldes que luchaban contra el régimen de Taylor desde 1999.
Queda por ver si el LURD, que reclamaba a gritos su renuncia, se retirará de Monrovia para que empiecen a operar las tropas de paz. Tampoco se sabe si los rebeldes obedecerán en caso de que Guinea y Costa de Marfil, acusadas de apoyar a los dos grupos rebeldes, aflojen la presión sobre Liberia. En un comunicado que emitió ayer el LURD, éste subraya que la renuncia de Taylor no es ninguna garantía y que la probabilidad de una jugarreta por parte del ex presidente es demasiado importante. Además, el subsecretario general del LURD, Seku Fofana, afirmó que su movimiento no aceptará que Blah dirija el país porque es “un general de Taylor”.
Antes de dejar su cargo, Taylor dijo que “si Dios lo quiere, volveré”. El ex presidente nació en 1948 en un barrio acomodado de Monrovia. Estudió economía en el Bentley College, en Estados Unidos, y cuando volvió a su país entró a la función pública. Entre 1985 y 1989 se entrenó en el campo de entrenamiento de Tadjura, en Libia, y conoció a Foday Sankoh, un cabo de Sierra Leona a quien instó a crear el Frente Revolucionario Unido. A partir de entonces, el terror se instaló en Sierra Leona durante 10 años. Es por eso que un tribunal especial de ese país lo acusa de crímenes de guerra y pide su captura. Pero Blah tampoco es una cara fresca. Conoció a Taylor en Tadjura y cuando ambos regresaron a Liberia entraron en un grupo de 200 guerrilleros que luego se convertiría en el Frente Patriótico Nacional para la Liberación de Liberia (NPFL). Bajo las órdenes de Taylor, la banda masacró a las fuerzas de quien en ese momento era el presidente, Samuel Doe, e inició una de las guerras civiles más sangrientas del continente. Después de una guerra que duró siete años y tuvo 250.000 muertos, Taylor fue elegido presidente en 1997.
Su gestión no tuvo demasiados sobresaltos hasta que el pasado 4 de junio. Taylor volvió precipitadamente de una cumbre de mandatarios africanos en Ghana para evitar la orden de detención del tribunal de Sierra Leona. A partir de ahí, sus relaciones con Blah no quedaron claras. Taylor anunció que se había salvado por un pelo de un golpe de Estado y que aceptaba “la dimisión del vicepresidente Blah”. Este último permaneció bajo arresto domiciliario hasta que el 13 de junio Taylor lo restituye en su cargo. Así que la supuesta “traición” de Blah sigue siendo hasta hoy un misterio.