EL MUNDO › PARIS REFORZO LA SEGURIDAD EN LOS LUGARES PUBLICOS, SOBRE TODO TRANSPORTES Y CENTROS COMERCIALES

Alerta máxima en Francia por amenazas del EI

El crimen contra el ciudadano francés secuestrado el domingo no cambió el perfil de la política francesa contra el Estado Islámico en Irak y Siria. Muy por el contrario, el gobierno decidió intensificar los bombardeos.

 Por Eduardo Febbro

Desde París

Ni París ni Washington confirmaron la información adelantada por el primer ministro iraquí Haïdar al Abadi según la cual Bagdad habría desbaratado un plan de los jihadistas del Estado Islámico para cometer atentados en el metro de Nueva York y en el de la capital francesa. Una fuente de los servicios secretos franceses aclaró que Francia “no disponía actualmente de ningún elemento capaz de confirmar” dicha información. Ello no quita sin embargo que las alertas y las medidas de seguridad se hicieran más presentes.

Al día siguiente de la ejecución del rehén francés Hervé Gourdel por el grupo radical argelino Soldados del Califato, Francia está en estado de alerta máxima. París reforzó la seguridad en los lugares públicos, en particular en los transportes y los centros comerciales. París decidió también extender a unos cuarenta países los “consejos de vigilancia” destinados a los ciudadanos franceses que viven allí. Según trascendió, varios países musulmanes de Asia estarían en la nueva lista que antes comprendía sólo a quince naciones. Se trataría ahora de Indonesia, Malasia, Filipinas, Afganistán, Pakistán, Uzbekistán, Comores, Burundi, Tanzania, Somalia y Uganda.

El crimen contra el ciudadano francés secuestrado el domingo no cambió el perfil de la política francesa contra el Estado Islámico en Irak y Siria. Muy por el contrario, el gobierno decidió intensificar no sólo los bombardeos, sino también “el apoyo a las fuerzas de oposición sirias que combaten los grupos jihadistas”. Cabe recordar que los radicales del Estado Islámico, aparentemente opuestos al régimen de Bashar al Assad, pasan más tiempo combatiendo contra la oposición siria que atacando a las tropas del presidente sirio. El problema principal lo plantea hoy Damasco. La tentación occidental de ampliar su intervención a este país es cada día más visible. En Irak, el pedido de apoyo cursado por el primer ministro iraquí le da a la operación un manto de legalidad. El Ejecutivo iraquí está considerado como el representante legal. En Siria, en cambio, el esquema es muy distinto. Bashar al Assad no pidió, obviamente, ninguna ayuda, y se opone a que la coalición desparrame sus bombas en el país contra las bases del Estado Islámico. El EI tiene sus principales bastiones en Siria. A su vez, la oposición está atomizada en una serpentina de grupos que a menudo se neutralizan entre sí. Washington interpreta su misión de una manera particular: se trata de neutralizar al EI allí donde se encuentre, sea en Irak, a pedido de las autoridades, sea en Siria, a pedido de nadie. Por esa razón ha activado la fase de bombardeos concentrándose en las refinerías de petróleo que el EI mantiene bajo su control en Siria. Francia aún no ha dado ese paso. París alega que la alternativa “se plantea”, pero nada más. En todo caso, desde el pasado agosto la coalición nacional siria reclama la intervención de Occidente. No obstante, esta instancia carece de la legalidad suficiente como para obtener ese respaldo global más allá de la participación quirúrgica de Estados Unidos o las contribuciones en armas o consejeros como las suministradas por el gobierno francés.

En lo que atañe a Irak, a partir del pasado 15 de septiembre los aviones Rafale franceses que intervienen en Irak bombardeando las posiciones del Estado Islámico llevaron a cabo un total de 15 misiones de reconocimiento y un ataque contra un depósito logístico situado en la región de Mosul.

Frente a la efervescencia de la situación y a los reproches que Francia dirigió contra los países europeos que se lavan las manos, otras naciones del Viejo Continente empiezan a sumarse a la débil coalición que opera en Irak y Siria. Holanda decidió poner a disposición de la coalición seis aviones F-16 y 250 soldados.

Bélgica también movilizará seis aviones F-16. El otro frente de combate que se extiende cada semana es el interno. Europa se enfrenta a un fuerte empuje de los ciudadanos europeos que se suman a los combatientes del Estado Islámico en Irak o en Siria. Según el ministro francés de Interior, unos 900 franceses estarían implicados hoy en las redes jihadistas que viajan a la región para combatir. Las últimas informaciones que atañen a la presencia constatada de europeos combatientes en Irak y Siria evocan la cifra de 4000 –cuatro veces más que en 2013– para un total de 8500 extranjeros. Los países más concernidos por el eurojihadismo son, en orden, Francia, Bélgica y Gran Bretaña.

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Francia reforzó la vigilancia en lugares públicos por las amenazas de jihadistas que se oponen al bombardeo francés.
Imagen: AFP
 
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