EL MUNDO › FRANCIA TIENDE UNA MANO A SU NO TAN AMIGO AMERICANO
París volvió a ser (casi) una fiesta
Por Joaquín Prieto*
Desde París
Dominique de Villepin, ministro francés de Exteriores, urgió ayer a Estados Unidos a que cambie de estrategia en Irak, pero trató de quitarles de la cabeza la idea de retirar a su contingente militar y les advirtió que sus fuerzas deben continuar “bajo la égida de los iraquíes”. Al mismo tiempo propuso que el secretario general de las Naciones Unidas desplace a Bagdad a “un enviado especial”, capaz de “trabajar sobre el terreno con Paul Bremer, el representante norteamericano”.
“Hoy no se puede pedir la salida de las tropas norteamericanas”, argumentó el jefe de la diplomacia francesa. “La acción en que Estados Unidos se comprometió debe ser llevada adelante para lograr una mayor seguridad, pero deben conducirla bajo la égida de los iraquíes”, insistió. De Villepin enumeró las nacionalidades de los ocupantes que están muriendo –“estadounidenses, británicos, polacos, españoles, italianos”– antes de preguntarse cuántas víctimas tendrán que acumularse antes de comprender la urgencia de un cambio de estrategia, declarándose dispuesto a “todas las citas, todas las concertaciones”, porque “esto nos concierne a todos: se trata de la seguridad del mundo”.
El canciller propone constituir una “Asamblea representativa” de los iraquíes, a partir del actual Consejo de Gobierno, de la cual emane “un gobierno provisional de aquí a fin de año”, porque la hipótesis de hacerlo en el verano de 2004 le parece muy tardía. Una nueva resolución de la ONU debería ser el paraguas para conferir a esos órganos “la autoridad y la soberanía”.
Ahora que las cosas se complican, De Villepin asegura al presidente Bush que Francia es “un país aliado y amigo de Estados Unidos” y que éstos pueden esperar de los franceses “solidaridad, propuestas y coraje. Hemos dado pruebas permanentemente de una voluntad de hacer proposiciones a nuestros amigos norteamericanos, desde el comienzo de esta trágica crisis. Les hemos dicho cuál es el camino que creíamos bueno”, martilleó el ministro, recordando así que los gobernantes franceses tenían razón y los que se han equivocado se llaman George W. Bush, Tony Blair o José María Aznar.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.