Domingo, 1 de noviembre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › MURIERON LAS 224 PERSONAS QUE VIAJABAN; MOSCU Y EL CAIRO NEGARON QUE SE TRATARA DE UN ATENTADO TERRORISTA
El piloto había pedido aterrizar en el aeropuerto más cercano y los tripulantes se habían quejado reiteradamente de problemas en los motores. Pero varias líneas aéreas decidieron no sobrevolar la zona, donde actúan grupos insurgentes.
Un avión de pasajeros ruso que volaba con destino a San Petersburgo con 224 personas a bordo se estrelló ayer en la península de Sinaí en Egipto. La rama egipcia del grupo jihadista Estado Islámico se atribuyó el derribo, pese a que Moscú y El Cairo negaron que el avión siniestrado fuera objeto de un atentado. Sin embargo, hasta que se aclaren las causas del accidente, varias líneas aéreas decidieron no sobrevolar la zona, donde actúan grupos insurgentes.
La aeronave, un Airbus A320 de 18 años de antigüedad, perteneciente a la compañía rusa MetroJet, se estrelló con 217 pasajeros y siete miembros de la tripulación, de nacionalidad rusa. Veinte minutos después del despegue desde el aeropuerto de Sharm el Sheij, cuando había superado ya los 9000 metros de altitud, la aeronave comenzó a perder altura vertiginosamente y se precipitó contra el suelo. Los restos del aparato y sus pasajeros quedaron extendidos en una superficie de cinco kilómetros a la redonda. Los cadáveres, de los cuales se habían recogido más de un centenar a lo largo del día, fueron trasladados a El Cairo para su identificación.
Las autoridades de aviación perdieron el contacto con el avión poco después de su despegue de la ciudad vacacional egipcia de Sharm el Sheih, a orillas del Mar Rojo, en el sur de la península de Sinaí. Tras perder las comunicaciones, el avión desapareció de los radares. Se esperaba que el avión aterrizara en San Petersburgo durante el mediodía.
Según las autoridades meteorológicas del país africano, en la región donde cayó el avión no se daban condiciones meteorológicas difíciles en el momento del accidente. Solo había algunas nubes, pero la visibilidad era de entre seis y ocho kilómetros. Los equipos de rescate ya pudieron encontrar las cajas negras del aparato, que se estrelló en una zona montañosa de difícil acceso.
El presidente de la comisión estatal de accidentes de aviación de Egipto, Ayman al Moqdam, afirmó que una delegación del Ministerio de Aviación civil fue enviada de inmediato a la zona para iniciar una investigación par determinar las causas del accidente. Por su parte, el primer ministro egipcio, Sherif Ismail, ordenó la creación de un centro de coordinación para gestionar la situación. Ismail visitó el lugar donde había caído el avión ayer por la tarde. Antes, autoridades egipcias habían despachado 45 ambulancias al lugar.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó al jefe del Gobierno, Dmitri Medvédev, que formara una comisión estatal para investigar lo ocurrido. El mandatario dio la indicación también al ministro de Defensa Civil y Situaciones de Emergencia, Vladímir Puchkov, que organizara el envío de aeronaves de su departamento a Egipto para trabajar en el lugar del accidente. El ministerio respondió anunciando que tres aviones partirían con destino al país africano. Asimismo, Putin, que decretó ayer duelo nacional, ordenó que se atendiera y ayudara a los parientes de las víctimas, que las autoridades locales en San Petersburgo iban concentrando en un hotel cercano al aeropuerto.
La filial egipcia del grupo insurgente, Wilayat Sina, no tardó en atribuirse el derribo del avión. “Los soldados del califato lograron derribar un avión ruso en el Sinaí con más de 200 cruzados rusos a bordo”, dijo la rama local extremista, cuya matriz opera principalmente en Siria e Irak. En un comunicado difundido en las redes sociales, pero cuya autenticidad no pudo ser confirmada, la agrupación enfatizó que es necesario que los rusos y sus aliados sepan que no hay lugar seguro para ellos “ni en la tierra ni en el cielo”. El comunicado afirmó que se trata de una venganza por las incursiones en rusas en Siria. “Mueren decenas de personas en el territorio de Shams (Medio Oriente) por los bombardeos de sus aviones y, al igual que matan, serán destruidos”.
Sin embargo, el Ministerio de Transporte ruso calificó de “no verídicas” las informaciones que apuntaron que el avión que se estrelló en Egipto fuera objeto de un atentado terrorista. “En algunos medios de comunicación han aparecido informaciones acerca de que el avión de pasajeros ruso que volaba de Sharm el Sheij a San Petersburgo fue alcanzado por un misil lanzado por terroristas. Esta información no puede considerarse verídica”, señaló el ministro de Transporte, Maxim Sokolov. “Puedo asegurar que estamos en estrecho contacto con nuestros colegas egipcios y en estos momentos no tienen ninguna información que confirme esas fantasías”, señaló. Sokolov también afirmó que Rusia no tenía información relativa a la prohibición de vuelos sobre esa zona y que el avión se desplazaba por el corredor aéreo establecido.
Las primeras versiones difundidas por los medios de comunicación rusos destacaban que el piloto había pedido aterrizar en el aeropuerto más cercano. Además, señalan que los tripulantes del avión se habían quejado reiteradamente de problemas en los motores.
Semion Bagdsárov, director del Instituto de Oriente Próximo y Asia Central, declaró en una entrevista con el canal Rusia-24 que en la península de Sinaí actúan grupos terroristas con sistemas antiaéreos, pero estos no son los suficientemente potentes como para alcanzar a un avión a la altura de 9000 metros, según precisó. Bagdsárov dijo que los medios en poder de los grupos que actúan en la península tienen un radio de alcance de 4000 metros.
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