El ex presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, denunció a una revista de calumniarlo y difamarlo con supuestos datos de dinero mal habido cuando en realidad se trataba de honorarios cobrados en conferencias internacionales.

A través de un comunicado emitido por el Instituto Lula, el ex mandatario negó rotundamente las sospechas. “La revista Epoca se especializa en distorsionar y manipular documentos, muchos de ellos filtrados de forma ilegal, para difamar y calumniar al ex presidente. Esta semana, el autor de la nota, Thiago Bronzatto, lo hizo nuevamente”, sentenció. El comunicado explicó que el dinero de la cuenta bancaria investigada fue obtenida en 70 conferencias que el ex jefe de Estado concedió mediante contratos con 41 empresas. “Todas fueron realizadas y contabilizadas con los debidos impuestos pagos”, enfatiza la nota.

La acusación de la revista se basa en un documento del Consejo de Actividades Financieras (COAF), un órgano administrativo que depende del Ministerio de Finanzas. El documento contiene detalles de cuentas bancarias y aplicaciones financieras de 103 personas y 108 empresas vinculadas al ex mandatario, su ex ministro de Hacienda, Antonio Palocci, la ex jefa del Gabinete Civil de la Presidencia durante su segundo gobierno, y del actual gobernador de Minas Gerais, Fernando Pimentel. En el caso de Lula, quien ejerció la Jefatura de Estado entre 2003 y 2010, el COAF describe la facturación de una empresa creada por él en 2011 para contratar las conferencias que ofrece desde que dejó el gobierno. Desde ese año hasta mayo pasado, la empresa tuvo ganancias por 27 millones de reales, casi siete millones de dólares.

“No hay nada de ilegal en los movimientos financieros del ex presidente. Los recursos son oriundos de actividades profesionales, legales y legítimas de quien no ocupa ningún cargo público”, explica la nota, que finaliza embistiendo contra la publicación brasileña. “El periodista de Epoca calumnia, una vez más, al acusar a Lula de ‘lobista’, y ya están siendo procesados por eso en la Justicia junto con el editor en jefe, Diego Escosteguy.”

Respecto a Palocci, quien fue además titular del Gabinete Civil durante el primer gobierno de la actual mandataria Dilma Rousseff y operador de su campaña electoral en 2010, se detectó en una cuenta corriente que pertenece a su empresa de consultoría Projeto, que movió más de 185 millones de reales (unos 47 millones de dólares). El ex ministro abandonó sus cargos al frente de la cartera de Hacienda en 2006 y el Gabinete Civil en 2011, a raíz de denuncias de enriquecimiento ilícito. Una de las empresas clientas de Palocci citadas en el documento es la representante en Brasil de Hyundai, Caoa, que está sospechada de haber sobornado a agentes vinculados al gobierno de Lula en 2009 para lograr la promulgación de leyes favorables a la industria automotriz. En esta presunta red de corrupción vinculada a los fabricantes de automóviles está involucrado uno de los hijos de Lula, quien fue citado a declarar por la Policía Federal. Por su parte, la oficina de prensa de Palocci sostuvo que las ganancias del ex ministro y de su empresa fueron registradas en forma “clara y transparente”.

Respecto al gobernador Pimentel, el informe citado por la revista registra operaciones financieras que habría realizado en el mercado de seguros por un valor de 676.000 reales, alrededor de 173.300 dólares. El comité de campaña del gobernador está siendo investigado bajo la presunción de que habría recibido dinero ilícito por parte de un empresario amigo suyo que posee empresas contratistas del Estado. La defensa de Pimentel afirmó a su vez que su cliente “presentará todas las explicaciones” en cuanto tengan en manos el informe citado, y sostiene que jamás participó de ningún acto ilícito.

En el caso de la ex ministra Guerra, las sospechas radican en el pago a una empresa de su hijo realizado por un empresario a quien se investiga si pagó sobornos para conseguir contratos con el gobierno. Guerra sucedió a Rousseff al frente del Gabinete Civil de Lula en 2010, cuando la ahora mandataria se lanzó como candidata a presidenta, y también dejó el cargo en medio de acusaciones de tráfico de influencias que involucraban a su familia.

Esta semana, Lula se reunió con las bases del PT, en la que planteó que la prioridad debe ser respaldar a Dilma y aventar el fantasma del juicio político contra ella. En el encuentro, Lula pronosticó que le esperan “tres años de azotes”, y que su horizonte es 2018, cuando posiblemente se postulará a un tercer mandato. Al respecto, una encuesta de Ibope, confirmó que Lula se preserva como el político con mayor caudal de electores fieles, el 23 por ciento, superando con holgura a todos los opositores. Entre ellos, el ex candidato Aécio Neves, quien perdió por poco ante Dilma en los comicios nacionales celebrados el año pasado.