Jueves, 9 de junio de 2016 | Hoy
EL MUNDO › TRAS PERDER POR 30.000 VOTOS CON EL CANDIDATO ECOLOGISTA
El ultraderechista Partido Liberal de Austria (FPÖ) impugnó ayer el resultado de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 22 de mayo en las que su candidato, Norbert Hofer, perdió por 30.000 votos contra el ecologista Alexander Van der Bellen. En la queja presentada ante el Tribunal Constitucional de Austria, el FPÖ afirma que hubo numerosos errores e irregularidades en el recuento del voto por correo, que terminó siendo decisivo para que Van der Bellen le sacara ventaja a Hofer. La impugnación redactada por los abogados del FPÖ tiene 150 páginas y los jueces tienen tiempo para decidir si hacen lugar a la presentación hasta el 8 de julio, cuando está previsto –según la ley– el traspaso de poderes al nuevo presidente federal.
“No somos malos perdedores. Aquí se trata de los fundamentos de la democracia, que deben quedar garantizados”, explicó Heinz-Christian Strache, quien preside la fuerza ultraderechista desde 2005. Según Strache, sin esas irregularidades y errores, el aspirante de su formación, Hofer, podría haber sido presidente. El líder de derecha señaló además que, en caso de que el Tribunal Constitucional acepte la solicitud de impugnación, queda por ver si habrá una repetición parcial o total de las elecciones.
La estrategia del FPÖ para que las elecciones vuelvan a repetirse se apoya en apuntarle al recuento del voto por correo, que dio la victoria a Van der Bellen con apenas 30.863 votos de ventaja, sólo el 0,6 por ciento del total de votos escrutados. Hofer ganó el recuento del voto con el 51,9 por ciento pero el resultado se dio vuelta a favor de su oponente progresista al añadirse, al día siguiente, el voto por correo (un 14 por ciento del total del censo) hasta quedar en el resultado final del 50,3 por ciento a favor de Van der Bellen. El FPÖ sostiene que muchos de esos sobres se abrieron antes de tiempo o fueron contados por personas no autorizadas.
El partido ultranacionalista sostiene también, en su escrito de impugnación, que detectaron indicios de que menores de 16 años, la edad mínima para votar, o incluso personas sin nacionalidad austríaca, participaron en las elecciones. “Por ese motivo, me siento obligado a impugnar las elecciones”, justificó Strache su rechazo al resultado de la segunda vuelta de la elección, a la que llegaron Hofer y Van der Bellen, tras haber dejado atrás a cuatro candidatos en la primera ronda.
Dieter Böhmdorfer, antiguo ministro de Finanzas y asesor jurídico del FPÖ, afirmó ayer que esas anomalías son sólo la punta del iceberg y que no pueden hacer público todo el contenido de su solicitud de anulación de las elecciones para no entorpecer la investigación. Strache, por su parte, no quiso acusar a nadie de haber cometido esas irregularidades con intención. El FPÖ, una formación ultranacionalista y con un discurso xenófobo, considera que hasta 570.000 votos enviados por correo pueden estar afectados por esas anormalidades.
Asimismo, Strache consideró como muy realista que las elecciones se repitan. “Se trata de medio millón de votos que no han sido escrutados de forma correcta”, denunció el candidato perdedor. Además, indicó que de aceptarse la petición de anulación de las elecciones, no bastará con realizar un nuevo recuento de los votos.
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