EL MUNDO

Asegurando que las urnas estén llenas de muertos

Las fuerzas que luchan contra Estados Unidos en Irak redoblaron ayer su ofensiva contra los comicios del domingo matando a casi 40 soldados estadounidenses en el día más sangriento de la ocupación.

Por Patrick Cockburn y Kim Sengupta *
Desde Bagdad y Shaiba, Irak

A solamente cuatro días de las históricas elecciones en Irak, casi 40 soldados norteamericanos murieron ayer en la jornada más sangrienta para las fuerzas norteamericanas desde que invadieron el país hace casi dos años. La mayor pérdida ocurrió cuando un helicóptero de transporte se estrelló por razones aún desconocidas en el desierto occidental de Irak, matando a los 31 marines a bordo. El CH-53 Sea Stallion cayó a la 1.20 de la madrugada cerca de la ciudad de Rutbah, una ciudad desolada del desierto a 350 kilómetros al oeste de Bagdad. Más tarde, funcionarios en Washington explicaron que la caída probablemente haya sido causada por mal tiempo.
Otros cuatro marines norteamericanos murieron en el terreno en combate en la provincia de Anbar –donde están situados Ramadi y Faluja– al oeste de Bagdad, mientras que un soldado murió por un lanzagranadas misilístico al norte de la capital. Las pérdidas llevan a más de 1400 la cantidad de soldados norteamericanos muertos en Irak desde el comienzo de la guerra, mientras que más de 10.000 han sido heridos. En una conferencia de prensa en Washington, el presidente George W. Bush reconoció que las noticias eran desalentadoras para los norteamericanos. “Valoramos la vida –dijo–, y lloramos a los soldados que la han perdido.” Pero ignoró las crecientes presiones en el Congreso para que la administración por lo menos fije un calendario de retirada para las tropas norteamericanas, insistiendo en que las tropas permanecerán en número suficiente para asegurar que “se cumpla la misión”, y que los iraquíes puedan defenderse por ellos mismos. A pesar del sangriento costo de la guerra, el presidente resaltó “el objetivo a largo plazo: la expansión de la libertad”. Las elecciones del domingo, predijo, serán “un gran día en la historia de Irak”, aunque se negó a especificar qué sería un grado de participación satisfactorio.
Una hora después de que hablara Bush, el Senado confirmó a Condoleezza Rice como secretaria de Estado por un margen de 85 contra 13, dejando atrás las feroces críticas de un grupo de demócratas que sostenían que había engañado al país sobre las razones para ir a la guerra en marzo de 2003. Rice se enfrentó a una oposición más fuerte que cualquier otro secretario de Estado en la historia reciente, más que los siete votos en contra que recibió Henry Kissinger en 1973, y los otros siete votos en contra de Alexander Haig en 1981. Su predecesor Colin Powell fue confirmado por unanimidad. Sin embargo, las nuevas bajas podrían distraer la atención pública en Estados Unidos de las elecciones que la administración ha retratado como un punto de inflexión en la crisis iraquí.
Estados Unidos ahora ha perdido 33 helicópteros en Irak, de los cuales alrededor de 20 cayeron por disparos. Antes del peor incidente ocurrido anteayer, dos helicópteros llevando soldados chocaron sobre Mosul en el norte de Irak el 15 de noviembre de 2003 mientras intentaban evitar disparos desde el terreno, matando a 17 hombres e hiriendo a cinco. Otro helicóptero Chinook fue derribado por un misil buscador disparado desde el hombro desde un huerto de dátiles cerca de Faluja el mismo mes, dejando a otros 16 soldados muertos. Como consecuencia, actualmente los helicópteros ahora vuelan bajo y velozmente para darles a los rebeldes que les disparan menos tiempo para hacer blanco. El rugido de sus motores mientras vuelan poco más arriba de los techos de Bagdad muchas veces hace sonar una sinfonía de alarmas de autos. Aunque volar a baja altura los hace menos vulnerables, también hace más difícil realizar tareas de reconocimiento y vigilancia por helicóptero. Dos coches bomba explotaron en la ruta hacia el aeropuerto, la autopista más letal en Irak, que está fuertemente patrullada por vehículos blindados norteamericanos. Siete soldados fueron heridos. En noviembre pasado, la embajada británica aconsejó a su equipo que no utilizara esa autopista.
A pesar de que el gobierno iraquí interino dice que 14 de las 18 provincias son seguras, camioneros iraquíes dicen que en realidad las únicas provincias seguras son las tres provincias kurdas al norte. Las guerrillas parecen tener una cantidad interminable de jóvenes hombres dispuestos a morir como suicidas.
En la ciudad árabe sunnita de Riyadh al sudoeste de la ciudad petrolera de Kirkuk, tres coches bomba cargados con explosivos explotaron cerca de un puesto del ejército iraquí y de una comisaría ayer. Cuatro policías iraquíes, dos soldados iraquíes y tres civiles murieron mientras 12 personas fueron heridas. Cuando un equipo de combate norteamericano se acercó a la escena recibió disparos y dos soldados norteamericanos fueron levemente heridos.
Los rebeldes, de muchos grupos diferentes y poco coordinados, pero todos opuestos a las elecciones, rechazan la votación como ilegítima porque en efecto se está llevando a cabo bajo el auspicio de Estados Unidos como el poder ocupante. En el último intento por interrumpir las elecciones, un suicida detonó un camión bomba frente a las oficinas de un importante partido político kurdo ayer, en Sinjar, una ciudad a pocas millas al sudoeste de Mosul, matando a 15 personas e hiriendo a 30, dijeron funcionarios del Partido Democrático del Kurdistán (PDK). El grupo rebelde a cargo del líder de Al Qaida en Irak, Abu Musab al Zarqawi, se atribuyó la autoría del ataque.
El KDP es una de las dos organizaciones políticas kurdas más grandes de Irak, y parte de una coalición de 11 grupos kurdos para las elecciones. Se dio a conocer un video de un combatiente encapuchado con una pistola que dice: “Somos los mujaidines de la provincia de Nineveh (Mosul). Lo que ellos llaman elecciones no tiene base en la religión islámica y es por eso que golpearemos a todos los centros electorales”. El ejército norteamericano informa continuamente que están luchando contra un grupo llamado FAI, Fuerzas Anti-Iraquíes. La inteligencia norteamericana dice que el 95 por ciento de los rebeldes son iraquíes.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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Marines estadounidenses miran la llegada de un helicóptero CH-53 Sea Stallion.
 
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