EL MUNDO › ARRESTO AL GENERAL ESPAÑOL AGUADO

Amenaza y castigo

Ayer continuaba la controversia por las declaraciones políticas del viernes pasado del número dos del Ejército Terrestre, el teniente general José Mena Aguado, en Madrid. Organizaciones que nuclean a los militares españoles reaccionaron, a favor y en contra, de la decisión del ministro de Defensa, José Bono, de ordenar el arresto domiciliario por ocho días –y posiblemente su cese– al alto oficial que advirtió sobre “las graves consecuencias que podría conllevar la aprobación del Estatuto de Cataluña”. Este último es un proyecto que actualmente es debatido para otorgarle la autonomía a esa región. Para Mena Aguado, esto iría en contra de la “integridad” nacional que, constitucionalmente, las Fuerzas Armadas deben “garantizar” y “defender”.

Esta pequeña crisis cívico-militar trajo de vuelta los recuerdos de la transición democrática, luego de la muerte del Generalísimo. Dejó al descubierto que todavía existen facciones dentro de los sectores militares que continúan desdeñando su alineación de la esfera política. Esta apreciación es evidente al escuchar ayer al presidente de la Asociación de Militares Españoles, José Conde Monge, decir que el gobierno había castigado a un oficial “por defender la Constitución”. Más todavía, Conde Monge denunció que la ley disciplinaria que actualmente rige para los militares supone “una censura”. Pero no todos en el círculo militar español comparten esta visión. La Asociación Unificada de Militares Españoles, a través de su secretario general, Mariano Casado, aplaudió la decisión de Bono, aunque la consideró “benevolente”. Para la organización, militares de rango mucho más bajo “han sido sancionados con muchísimo más rigor” por declaraciones similares.

Después que el rey Juan Carlos I había pronunciado su tradicional discurso en el acto militar por las Pascuas, el teniente general Mena Aguado tomó la palabra para hacer un recuento de las actividades y los proyectos del arma que integra. Antes de finalizar, y aunque reconoció que no debía hacerlo, comenzó a hablar sobre la disconformidad que existía entre sus hombres por el avance del proyecto para otorgar la autonomía a Cataluña. “Afortunadamente, la Constitución marca una serie de límites infranqueables para cualquier Estatuto de Autonomía”, aseguraba el viernes pasado Mena Aguado, y luego agregaba: “Pero si estos límites fuesen sobrepasados, lo cual en estos momentos afortunadamente parece impensable, sería de aplicación el artículo 8º de la Constitución: las Fuerzas Armadas tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad y el ordenamiento constitucional”. Lo que Mena Aguado olvidó citar en su discurso fue el artículo constitucional que establece la subordinación militar al poder cívico.

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