El fantasma del terrorismo recorrió la capital rusa durante unas horas, después de que se conociera que una explosión en un mercado de Moscú había matado a 10 personas, entre ellas dos niños, y herido a más de 50. La primera sospecha fue que los separatistas chechenos habían terminado sus dos años de inacción y habían vuelto a atacar al corazón de Rusia. Sin embargo, la policía más tarde descartó esta hipótesis y aseguró que probablemente se había tratado de una lucha entre las mafias locales para monopolizar el comercio de la zona. Luego que se descartara la posibilidad de un atentado, el gobierno ruso anunció que a fines de año tendrá listo un plan para retirar gran parte de sus tropas de la República de Chechenia, de forma gradual durante 2007 y 2008.

El repliegue afectará sólo a las tropas del ejército ruso, del Ministerio del Interior y del Ministerio de Defensa que se encuentran desplegadas en Chechenia de manera provisional, según anunció el ministro del Interior de Moscú, Rashid Nurgaliev. No obstante, no queda claro qué pasará con los 25 mil soldados rusos –de los 60 mil que actualmente están en el norte del Cáucaso– que tienen el status de “permanentes”. Desde el comienzo de la primera guerra chechena de 1994, Rusia ha movilizado miles de soldados y policías para combatir a los separatistas. Pero tras las elecciones legislativas chechenas de noviembre pasado, Putin aseguró que Chechenia había recuperado el marco constitucional y, por lo tanto, que su país comenzaría la retirada. “A cambio, en Chechenia se creará un comando operativo para luchar contra el terrorismo,” explicó ayer Nurgaliev.