El acercamiento de Estados Unidos y Siria marcó el primer día de la cumbre internacional para la reconstrucción de Irak en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij. La secretaria de Estado Condoleezza Rice y su par sirio, Walid al Muallem, dejaron de lado la rivalidad por un momento y se dedicaron a hablar de la inestable situación iraquí. Algo similar hicieron los cancilleres de Reino Unido y de Irán, Margaret Becket y Manuchehr Mottaki, respectivamente. Pero la reunión más esperada de la cumbre todavía no se concretó. A horas de que empiece la llamada reunión ampliada, que reúne en una misma sala a todos los países participantes, los ojos del mundo están a la espera de ver si hoy los dos grandes protagonistas de esta conferencia, Mottaki y Rice, se sientan solos a dialogar.

Pero por el momento, la delegación estadounidense se entrevistó al menos con uno de sus archienemigos en Medio Oriente, Siria. Según el canciller de Damasco, la reunión fue un pedido de Washington. Al Muallem, sin embargo, negó que hayan hablado sobre el Líbano y las críticas de la Casa Blanca por la influencia que Damasco todavía mantiene sobre su vecino. De lo que sí hablaron fue de Irak y de las relaciones bilaterales. Rice aseguró que le pidió a su par sirio más cooperación para mejorar la seguridad en Irak. Lo que parece un pedido de ayuda normal fue en realidad un tirón de orejas de la secretaria de Estado por los supuestos terroristas sirios que, según los militares estadounidenses, se infiltrarían a Irak para crear más caos y violencia. Pero la delegación siria no recibió los regaños callada. Según fuentes allegadas a los diplomáticos sirios, Damasco pidió a cambio que Estados Unidos renuncie a sus intentos de interrogar a las autoridades sirias por el crimen del ex primer ministro libanés Rafik Hariri.

La otra reunión que generó expectativa fue la de la jefa de la diplomacia británica y su colega iraní, a sólo un mes del enfrentamiento que mantuvieron los dos gobiernos por la captura de quince marinos ingleses en el golfo Pérsico. Becket dijo que sus discusiones con Mottaki habían sido muy constructivas y que los dos habían demostrado un sincero interés por mejorar las relaciones bilaterales. Sin embargo, fuentes de su delegación afirmaron que para la canciller había habido un antes y un después del arresto de los militares británicos y que un incidente así no se podía olvidar fácilmente. Ninguno de los dos quiso confirmar si se discutió el controvertido programa nuclear iraní, que desde hace ya varios años mantiene enfrentado al régimen islámico con las principales potencias del mundo.

Además de su reunión con Becket, Mottaki aprovechó el primer día de la cumbre para dialogar a solas con su colega de Arabia Saudita. Los dos países disputan el papel de potencia regional, Irán fortaleciendo su alianza con Siria y aprovechando el sentimiento antiestadounidense en la región y Arabia Saudita posicionándose como el interlocutor válido entre las potencias occidentales y la región. Además, los dos gobiernos son los referentes de las dos principales ramas del Islam. Teherán intenta mostrarse como un líder para las comunidades chiítas de Medio Oriente y Riad para los sunnitas. Para encontrar una solución al problema iraquí será necesario llegar a un acuerdo que incluya a las dos comunidades.