Alvaro Uribe volverá a Colombia con las manos vacías. El presidente no consiguió el apoyo de los legisladores demócratas que necesita para aprobar el Tratado de Libre Comercio (TLC) y destrabar la ayuda militar, que desde hace 17 años recibe Bogotá para su lucha antiterrorista y antinarcóticos. Los demócratas dejaron en claro ayer que no avanzarán con estas iniciativas hasta que se esclarezca el asesinato de cientos de sindicalistas colombianos y la relación entre Uribe y los paramilitares. “Hasta que estos dos asuntos no se resuelvan, lo del TLC seguirá en el aire”, señaló Federico de Jesús, vocero del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.

De poco le sirvió al mandatario colombiano el apoyo que le había dado el miércoles el presidente George Bush. Uribe se enfrentó ayer a una lluvia de críticas, a las que sólo pudo responder con promesas. El mandatario aseguró que hará todo lo posible para conseguir que el Congreso estadounidense apruebe el TLC. “El otro tema es que hay que decirle al mundo que el terrorismo en Colombia está a cargo de guerrillas y paramilitares y que el Estado lo que ha hecho es recuperar control”, agregó, rechazando las acusaciones que aseguran que como gobernador ayudó y se alió con jefes paramilitares.

Pero a pesar de las promesas y las declaraciones del presidente colombiano, la nueva mayoría demócrata no cedió. “Muchos de nosotros expresamos nuestra creciente preocupación por las serias acusaciones de conexiones entre las fuerzas paramilitares ilegales y ciertos altos funcionarios colombianos”, aseguró la líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Hasta ahora la llamada parapolítica involucró a más de una decena de legisladores nacionales colombianos, ocho de ellos detenidos y uno prófugo. Además, alcanzó a dos gobernadores y provocó la renuncia de la ex canciller.

La negativa de los demócratas no sólo molestó a Uribe, sino también a sus aliados en la Casa Blanca. El número dos del Departamento de Estado, John Negroponte, alertó ayer sobre los peligros de rechazar el TLC con Bogotá. “Estratégicamente, creo que sería un gran golpe para Estados Unidos y nuestros intereses en América latina,” aseguró el ex zar de inteligencia. Como Negroponte, Bush había apelado el miércoles a la importancia estratégica que tiene la alianza con Colombia para el país.