Martes, 3 de julio de 2007 | Hoy
El mandatario venezolano acordó con su par iraní la construcción de una planta de metanol en cada país, entre otros planes.
La alianza de Venezuela e Irán está más fuerte que nunca. Después de una visita de dos días a Teherán, el presidente Hugo Chávez sumó nuevos acuerdos de cooperación y de inversión con su par iraní, Mahmud Ahmadinejad. Entre los proyectos más importantes se destacan la construcción de una fábrica de metanol en el sur iraní –más tarde se erigirá otra en Venezuela– y un acuerdo para construir cientos de viviendas en el país sudamericano. Entre firma y firma, los dos mandatarios reafirmaron su alianza antiestadounidense. “Nuestros lazos bilaterales servirán a la seguridad mundial, a la paz y la hermandad, pero al mismo tiempo nos enfrentaremos decididamente al imperialismo”, señaló Ahmadinejad.
Chávez concluyó ayer su visita a uno de sus principales aliados en el mundo. El objetivo de su pasada por Teherán era revisar el avance de los acuerdos firmados el año pasado y terminar de cerrar nuevos. En las últimas 48 horas, los dos mandatarios firmaron otros tres acuerdos en el campo petroquímico –además de la construcción de las fábricas de metanol– y se comprometieron a ayudarse mutuamente para tener acceso a los mercados latinoamericanos y asiáticos. Además, firmaron 14 memorandos de entendimiento, elevando el número a 181. Los nuevos memorandos supondrán cooperación en las áreas de petróleo, en la industria petroquímica y energía, la construcción, la banca y las finanzas, las industrias pesadas, la minería y la geología, el sector empresarial, la agricultura y la pesca, el transporte y la salud.
Según el presidente venezolano, esta creciente cooperación entre países no alineados con la política exterior estadounidense ayuda a terminar con las “políticas imperialistas” y a “liberar” a las naciones. “Irán y Venezuela siempre estarán juntos y se ayudarán mutuamente y aquellos países que están enojados por esta relación de amistad deberán seguir enojados y morir de enojo”, aseguró Ahmadinejad, apoyando a su aliado en una conferencia de prensa conjunta que realizaron ayer a la tarde.
Chávez le devolvió la amabilidad cuestionando la guerra en Irak y las denuncias de la Casa Blanca contra Teherán y su supuesto apoyo a las milicias chiítas iraquíes. “El imperialismo norteamericano trata de presentar a los iraníes como unos bárbaros que buscan la bomba atómica”, señaló Chávez. “Bárbaros son los que ocuparon y destrozaron Irak, bárbaros son los que arremeten contra el pueblo palestino, bárbaros son los que fueron desde Europa a destrozar nuestra civilización en América latina”, agregó.
Después de hablar juntos ante las cámaras, los dos mandatarios compartieron el acto de inauguración de la primera fábrica binacional de metanol en el sur iraní. El complejo, situado en la zona especial económica de Pars, en Assaluyeh, producirá un millón de toneladas de metanol por año con la cooperación de compañías petroquímicas de ambos países. Otro centro similar se construirá más adelante en la zona industrial de Zigma, en Venezuela. El metanol es un tipo de alcohol que se utiliza en la producción de anticongelantes, disolventes y combustible. Sin embargo, a diferencia del más popular etanol, es altamente tóxico.
La alianza energética entre los dos países también incluye la creación de empresas mixtas para construir plataformas semisumergibles para la explotación de petróleo costa afuera, para el tendido de tuberías submarinas y también para continuar generando nuevos proyectos en el sector petrolero. Según el ministro de Energía y Petróleo y presidente de la petrolera venezolana estatal Pdvsa, Rafael Ramírez, estos acuerdos permitirán fortalecer la posición de los dos países dentro de la OPEP y también del mercado petrolero internacional.
La visita de Chávez a Teherán es parte de una minigira por la región. El martes pasado, el presidente venezolano dejó atrás la Copa América –que se realiza en su país– y la Cumbre Semestral del Mercosur –que entonces estaba por comenzar en Asunción– y se subió en un avión hacia Moscú. Allí aprovechó para cerrar decenas de acuerdos, aunque su objetivo principal fue reafirmar su alianza militar con el gobierno de Vladimir Putin.
El viernes dejó Moscú y se trasladó a su segunda y penúltima parada: Bielorrusia. Se reunió con su par Alexander Lukashen, otro referente del eje antiestadounidense de la región, y revisó los 26 documentos que ambos firmaron el año pasado cuando el presidente venezolano realizó su primera visita al país de Europa del Este. Aquí, como en Irán, el objetivo fue afianzar la alianza y la cooperación energética. Principalmente, Caracas busca que Minsk le ayude a acelerar el proceso de gasificación en ocho estados venezolanos. Además, revisaron los proyectos que la joven nación nacida de la división de la Unión Soviética tiene en la rica cuenca petrolera de la Faja del Orinoco. Minsk al igual que Moscú celebraron la nacionalización de la mayoría accionaria de las empresas petroleras que operan allí y se declararon ansiosas de aumentar su participación dentro del nuevo régimen.
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