Viernes, 31 de agosto de 2007 | Hoy
EL MUNDO › LA HUELGA SINDICAL DIVIDE A LA CONCERTACION
El gobierno chileno minimizó ayer la jornada nacional de protesta impulsada el miércoles por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) que convocó a cerca de 18 mil personas, según el diario El Mercurio. No obstante, el oficialismo no pudo ocultar su malestar luego del apoyo del Partido Socialista a la movilización que terminó con casi 700 detenidos y varios heridos, entre ellos un senador nacional y más de veinte policías. Pese a la represión, la Central, que el miércoles volvió a exigir la renuncia del ministro de Hacienda, hizo un balance positivo de la marcha contra el neoliberalismo.
“Fue una movilización un poco atípica porque no había una razón clara para manifestarse y tampoco se vio un apoyo masivo”, señaló ayer el ministro del Interior, Belisario Velasco. “La mayor cantidad de personas fue en Santiago, que no alcanzó a cinco mil personas”, añadió. Según información de Carabineros, la policía chilena, a la prensa local, la marcha aglutinó a miles de personas en distintas partes del país, sobre todo en las ciudades de Santiago, Concepción y Valparaíso.
Pese al fuerte operativo policial y la detención de 670 manifestantes, 553 de ellos en Santiago, Velasco alabó el trabajo de Carabineros tras la marcha. “Fue ejemplar una vez más y se logró una jornada que, al final, no se inscribe dentro de las violentas y lamentables que ha tenido este país”, señaló. En cambio, la CUT cuestionó las medidas de seguridad. “No son los trabajadores los que cometen desórdenes, fueron las fuerzas represivas”, enfatizó Arturo Martínez, dirigente de la Central y miembro del PS.
Por su parte, la presidenta criticó la protesta. “Es legítimo preguntarse si estas manifestaciones son producto de un simple uso político o si hay condiciones que las explican. Creo que estamos en presencia de ambas cosas”, indicó. Los comentarios desde La Moneda, el palacio de gobierno, no pueden ocultar las tensiones en el oficialismo frente al sindicalismo. La protesta no sólo fue apoyada por grupos de la izquierda extraparlamentaria como MIR, FPMR, La Zurda, PC o el Partido Humanista, sino también por militantes y dirigentes del PS así como la juventud de la Democracia Cristiana (DC), que integra la Concertación gobernante.
El secretario general del PS, Marcelo Schilling, justificó el apoyo a la movilización. “Lo que está es una reivindicación profunda de cambio, de participación, de integración, de justicia, y de igualdad, que son los valores del Partido Socialista, es lo que vamos a defender siempre, les guste o no les guste”, dijo al periódico La Tercera. Sin embargo, el vocero de palacio, Ricardo Lagos Weber, reclamó coherencia. “Este es un gobierno con una coalición de partidos que lo apoyan y uno espera que haya la máxima consistencia y afinidad”, apuntó.
La movilización del miércoles se realizó luego de que Bachelet conformara un consejo asesor para resolver la desigualdad social, compuesto por políticos y empresarios, pero sin los sindicatos. Ahora, luego de la marcha, el líder de la CUT siente que fueron oídos sus reclamos. “Miles de hombres y mujeres se manifestaron en la calle expresando su malestar y reclamando sus demandas, fue una jornada limpia”, dijo ayer Martínez a la prensa local.
Por ahora, el gobierno de Bachelet no parece haber acusado recibo del reclamo.
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