Los precandidatos presindenciales demócratas están levemente comprometidos con los inmigrantes. Esa es una de las conclusiones que sacan sectores de la comunidad latina de Estados Unidos luego del histórico foro televisado el domingo pasado. Por primera vez se efectuó con traducción simultánea al español una contienda pública a la presidencia en la que siete precandidatos demócratas se reunieron a responder preguntas para la comunidad latina en la Universidad de Miami, en Florida. El debate fue visto por 4,6 millones de televidentes, por encima de los 4,3 millones que observaron los debates en inglés transmitidos este año por ABC, CNN, Fox News Channel y MSNBC.

En medio de un crecimiento de las redadas contra los latinos en Estados Unidos, los precandidatos demócratas ven en la población hispana un potencial caudal de votos significativo, algo que las elecciones anteriores ya lo indicaron, sobre todo en estados clave, como California o Florida. Por eso el domingo la cadena de televisión Univisión de habla hispana reunió a los favoritos, Hillary Clinton y Barack Obama, junto a John Edwards, Bill Richardson, Christopher Dodd, Dennis Kucinich y Mike Gravel. Sólo faltó Joe Bidden. Los demócratas se dedicaron a alabar las contribuciones que hicieron los inmigrantes en Estados Unidos y prometieron una reforma migratoria integral lo más pronto posible durante el próximo gobierno en la Casa Blanca. Según el periódico La Opinión, la senadora Clinton se comprometió a emprender la reforma migratoria durante su primer año en el gobierno. Anteriormente, Clinton había prometido la reforma, pero no durante su primer año, si gana la presidencia. “Absolutamente sí, necesitamos trabajar por una legislación integral y asegurarnos de que no estemos separando familias”, expresó la senadora.

Todos los candidatos se volvieron a mostrar a favor de traer las tropas de Irak a casa lo antes posible y escucharon en silencio aplausos luego de la pregunta de porqué se construye el muro en la frontera de México y no en la de Canadá cuando ningún terrorista del 11-S entró por la primera. Obama, Clinton y Dodd votaron a favor de la construcción del muro. Obama fue ambiguo, mientras Clinton y Dodd mantuvieron su posición de fortalecer la seguridad en la frontera. El resto, lo rechazó, aunque todos apoyarán una reforma de inmigración, lucharán contra las discriminación de los latinos y de las redadas. Richardson fue el que claramente cuestionó la muralla. “Con un muro de 4 metros sólo se conseguirá que haya muchas escaleras de 4 metros”, dijo el gobernador de Nuevo México.

Sin embargo, después de la jornada de debate la sensación generalizada, una vez más, es de escepticismo. “Estuvieron parcos para no lastimar a algunos ultraconservadores”, señaló Juan Moreno, presidente de la Federación de Jaliciences, una organización que defiende los derechos de miles de inmigrantes en California donde residen millones. “Todos enmudecieron cuando se preguntó sobre el muro”, añadió.