Después de cinco días de clausura, el gobierno nacional levantará hoy la clausura a la destilería de la empresa Shell Capsa, ubicada en el Polo Petroquímico de Dock Sud. La decisión se adoptó anoche, después de que la empresa presentara una serie de propuestas, entre ellas, un permiso provisorio para el uso del agua del Río de la Plata y un plan de saneamiento de los suelos contaminados y de manejo de residuos peligrosos, aunque sin precisar en qué plazo se realizarán esas tareas. El plan contempla un programa de inversiones para mejoras ambientales por 60 millones de dólares, según informó anoche la Secretaría de Ambiente.

La clausura preventiva se había dispuesto el jueves pasado, después de trece días de inspección. La ordenó la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, tras llegar a la conclusión de que la planta no sólo presentaba pérdidas de combustible que contaminaban el suelo, sino que utilizaba sin autorización 18 millones de litros de agua del Río de la Plata por hora, el equivalente para abastecer a una ciudad de 1.100.000 habitantes, según el ejemplo que puso la secretaría.

La clausura se dio en el marco de los controles por el plan de saneamiento del Matanza Riachuelo. Pero se la vinculó con el conflicto judicial que el Gobierno mantiene con la petrolera, en una causa judicial por el presunto desabastecimiento de gasoil.

Al día siguiente de la clausura, comenzaron a circular versiones sobre el posible desabastecimiento de gasoil y el consiguiente aumento de precios en los combustibles. Desde el Gobierno salieron a relativizar esas versiones: dicen que Shell tenía en su depósito combustible como para abastecer los surtidores durante diez días, y que la clausura alcanzaba la producción pero no la distribución de ese combustible.

A la luz de los hechos, la empresa trabajó el fin de semana para presentar ayer un plan para resolver los problemas planteados y obtener el levantamiento de la clausura. Entre las irregularidades detectadas por la Secretaría de Ambiente –y las propuestas para resolverlas– se encuentran:

- La planta no tiene permiso para extraer los 18,4 millones de litros de agua que saca por hora, incumpliendo con el Código de Agua bonaerense. Ayer presentó una autorización por parte de la provincia para utilizar el agua durante 90 días.

- La empresa no tiene las habilitaciones y pruebas periódicas de unos 700 aparatos sometidos a presión. Ayer presentó el trámite de habilitación de unos 300 de esos equipos.

- Se detectaron pérdidas y derrames de sustancias tóxicas, especialmente de hidrocarburos. La contaminación quedó acreditada con la toma de pruebas de suelo, donde se registró la presencia de benceno, una sustancia cancerígena. Ahora, Shell presentó un plan de mejoras en los sistemas de tratamiento y almacenamiento de combustibles y un programa de saneamiento de los suelos contaminados, aunque por ahora no les puso plazo a esos trabajos.

- Existía una deficiente gestión de residuos especiales y peligrosos. La empresa presentó un plan de mejoras para ese manejo.