El líder cubano Fidel Castro dijo que se no se aferrará al poder en una carta en la que también denunció a Estados Unidos por su papel en la Conferencia de Bali. Por su parte, el presidente venezolano Hugo Chávez anunció que almorzará hoy con Castro en La Habana.

Desde que traspasó el mando a su hermano Raúl en julio de este año, es la primera vez que el mandatario convaleciente se refiere a su futuro político. “Mi deber elemental no es aferrarme a cargos, ni mucho menos obstruir el paso a personas más jóvenes, sino aportar experiencias e ideas cuyo modesto valor proviene de la época excepcional que me tocó vivir”, señaló en un mensaje leído por el presentador del programa de TV cubano Mesa Redonda.

Castro, quien fue elegido a principios de este mes como candidato a diputado para las elecciones del 20 de enero, manifestó su coincidencia con el pensamiento del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. “Hay que ser consecuente hasta el final”, dijo. Asimismo, el líder cubano de 81 años mencionó la compleja situación en la isla y la necesidad de buscar soluciones para “continuar la revolución”. “Mi más profunda convicción es que las respuestas a los problemas actuales de la sociedad cubana requieren más variantes de respuesta, para cada problema concreto, que las contenidas en un tablero de ajedrez”, aseguró. “Ni un solo detalle se puede ignorar y no se trata de un camino fácil si es que la inteligencia del ser humano en una sociedad revolucionaria prevalece sobre sus instintos”, añadió.

En el programa de televisión, el conductor mostró a cámara la carta con la firma de puño y letra de Fidel Castro, en la que acusa a Washington de hacer acuerdos espurios para evitar ser aislado en la pasada Conferencia de Bali sobre cambio climático organizada por la ONU. “Es obvio que Estados Unidos maniobró para sortear su aislamiento, aunque no cambió en absoluto las sombrías intenciones del imperio.” Castro también fustigó contra otras potencias que apoyaron a la Casa Blanca. “Vino el gran espectáculo: Canadá y Japón se adhirieron de inmediato a Estados Unidos, frente al resto de los países que demandaban compromisos serios sobre la emisión de gases que originan el cambio climático”, denunció. “Todo se había previsto con antelación entre los aliados de la OTAN y el poderoso imperio, que en una maniobra de engaño accedió a negociar durante el año 2008 en Hawai, territorio norteamericano, un nuevo proyecto de convenio que sustituiría al de Kioto, al caducar éste en 2012”, agregó.