Jueves, 20 de diciembre de 2007 | Hoy
EL MUNDO › HABLA EL POLITOLOGO ISRAELI ALBERTO SPEKTOROWSKI
El proceso de paz en Medio Oriente es una caja de Pandora. De permanecer cerrada podría derivar en un acuerdo definitivo, aunque si se abre desencadenaría la guerra civil en Israel. Ese fue el escenario planteado ayer en la videoconferencia “Annapolis, el día después”, realizada por la Embajada de Israel. “Si la gente de Gaza ve que Israel hace concesiones, entonces puede apoyar la paz. De lo contrario, reventará todo”, advirtió Alberto Spektorowski, profesor de la Universidad de Tel Aviv. En momentos en que Israel acaba de rechazar una inédita tregua propuesta por la organización palestina Hamas, el académico aseguró que su país está abierto al diálogo. “Si cesan los ataques, paramos los tiros”, dijo. Con Irán surgieron los contrapuntos. Mientras Yigal Palmor, uno de los delegados israelíes que asistieron a Annapolis, señaló a Teherán como factor belicoso, Spektorowski dijo que ese país permitió el proceso de paz en Medio Oriente, donde se juega todo.
Las primeras palabras de Palmor fueron sintomáticas de las contradicciones que encierra Annapolis. “Tenemos un proceso con menos ilusión tras el fracaso de Oslo”, dijo. Pero enseguida abandonó el escepticismo. “Por primera vez hay una verdadera esperanza”, se convenció. A cada sensación, le seguía inevitablemente una exigencia hacia la Autoridad Palestina (AP). Que a fines del 2008 se cierran las negociaciones. Que sin seguridad total no hay acuerdo posible. “Una vez logrado el acuerdo definitivo, la parte palestina no podrá tener más reivindicaciones”, sentenció. Lo que para Tel Aviv es parte de una negociación, para otros, como señaló en una entrevista reciente el legislador palestino Mustafá Barghouti, es una concesión tras otra por parte de la AP.
En cambio, Spektorowski cree que Olmert también debe ceder. “Para llegar a un acuerdo, Israel tiene que bajar puestos de control en Cisjordania –no en Gaza– y reducir los asentamientos”, propuso el profesor, en una jornada en la que el Ministerio de Vivienda israelí avaló la construcción de 10.000 departamentos en Jerusalén Este. De llevarse a cabo este plan, el compromiso de paz adquirido por Israel tras Annapolis sería violado. En tanto, los asentamientos se han extendido hasta abarcar un 40 por ciento de Cisjordania, con más de 460.000 colonos, según el Ministerio de Información palestino.
Aun así, después de que Tel Aviv otorgue beneficios, prosigue el académico, luego de que firme y haga un referéndum, ahí viene la implementación del acuerdo, o el desastre. “Si la gente de Gaza ve que Israel libera prisioneros y hay bienestar, entonces la población palestina pueden apoyar la paz. Si no se da, revienta todo”, alertó. Pero para dar estos pasos, añadió, antes la AP debe reconocer a Israel como Estado y poner orden para que no haya terrorismo, lo que algunos palestinos ven imposible mientras continúe la ocupación israelí. De satisfacer a Israel, se cree que Palestina se convertiría en subagente de seguridad de Olmert.
En cuanto a la mediación de EE.UU, el profesor fue optimista, aunque puso límites, luego de que Página/12 preguntara por la legitimidad de la Casa Blanca siendo aliada de Tel Aviv y habiendo ocupado Irak: “Washington es un mediador equitativo, aunque está débil en Irak”. En cuanto a Irán, Spektorowski cree que trajo paz. “El revolucionarismo iraní provocó que países árabes moderados negociaran con Arabia Saudita. Sin la sombra de Teherán, los saudíes no habrían ido a Annapolis”, dijo.
Informe: Juan Manuel Barca.
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