El ejército turco nuevamente bombardeó ayer por la mañana durante horas supuestas posiciones de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Irak, pero de momento no se han reportado víctimas o daños. Las zonas bombardeadas se sitúan en los alrededores de Amadiya, en el lado iraquí de la frontera.

“La artillería turca bombardeó las aldeas de Siri, Zli, Rishafa, Shifi y Kro, 120 kilómetros al norte de Duhuk”, indicó un agente de fronteras kurdo-iraquí en la provincia de Duhuk. El funcionario, que pidió permanecer en el anonimato, dijo que el bombardeo duró más de tres horas y se centró en aldeas deshabitadas ubicadas cerca de la frontera. El general Jabbar Yawar, portavoz de los peshmergas, combatientes kurdo-iraquíes, declaró: “Se produjeron disparos de artillería en el sector al norte de Dohuk, a 430 km al norte de Bagdad”. “Los habitantes escucharon bombardeos. Los guardias fronterizos nos confirmaron esos bombardeos”, añadió el general Yawar. El ejército turco actúa contra lo que considera los escondites del clandestino PKK, que ha atentado contra sus uniformados.

No obstante, las informaciones kurdas sobre estos nuevos ataques aéreos no han sido confirmadas en Turquía. Los medios turcos han informado al respecto citando un canal de televisión kurdo y a los habitantes de la zona. Yabar al Yawar, portavoz de los combatientes peshmerga kurdos en Irak, señaló que no hay informaciones precisas sobre los ataques.

Los guerrilleros del PKK que operan desde el norte de Irak luchan por una patria independiente en el sureste de Turquía. Ankara acusa al PKK de lanzar ataques contra civiles, el último de los cuales fue la bomba que estalló en Diyarbakir el 3 de enero cuando murieron seis personas.

Enfrentado a una intensificación de la violencia del PKK el ejército turco efectuó tres incursiones aéreas y un operativo terrestre contra el PKK en el norte de Irak desde diciembre pasado. Según el estado mayor turco, entre 150 y 175 rebeldes murieron en un primer ataque el 16 de diciembre pasado, que destruyó 200 blancos, entre éstos bases de la comandancia, de entrenamiento y de logística, escondites, baterías antiaéreas y depósitos de municiones del PKK. En octubre pasado, el gobierno turco obtuvo la autorización del Parlamento para intervenir militarmente en el norte de Irak, zona utilizada por los rebeldes como retaguardia para sus operaciones en el sudeste de Anatolia, donde la mayoría de la población es kurda.