“La política italiana necesita nuevas caras”, explicó la actriz porno y candidata al ayuntamiento de Roma Milly D’Abbraccio, después de empapelar la capital con su mejor cara, como lo informó ayer Página/12. A pesar de pertenecer a la lista del Partido Socialista, sus compañeros no la acompañaron en su campaña, titulada “Basta con esas caras de c...”. Pero a Milly no le importó. Pagó los siete mil carteles de su bolsillo y los pegó ella misma, con la ayuda del empresario que descubrió sus dotes artísticas, el famoso Riccardo Schicchi. Mientras aliados y rivales la tildaron de provocadora, la protagonista de Mejor besar una cobra y La profesora de lengua nunca confrontó, ni siquiera con los más duros. El único lugar en Roma en donde ayer no se podía apreciar su cola eran las calles aledañas al Vaticano. “No queremos molestar”, dijo, dejando su sugerente sonrisa de lado por un segundo. Después de la aclaración, la dulce e infartante rubia repitió su gran promesa de campaña, aunque no abundó en detalles. “Queremos una ciudad del amor”, aseguró, recuperando la sonrisa que tiene hipnotizados a los italianos hace más de veinte años.