Corea del Sur acusó a su vecino e histórico rival del norte por el hundimiento de una de sus fragatas y la muerte de 46 marineros, el 26 de marzo pasado. Ayer el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, le advirtió a Pyongyang que recibirá una firme respuesta por la presunta agresión. Según explicó, un equipo de investigadores determinaron que la fragata había sido atacada por un torpedo norcoreano muy cerca de la disputada frontera marítima. El vecino régimen comunista desmintió todo y no se achicó ante la amenaza de Myung-bak. “Si los enemigos tratan de asestar alguna represalia o castigo, o si intentan sanciones o un ataque contra nosotros, responderemos a esto con una guerra total”, dijo el coronel norcoreano Pak In Ho, en una entrevista televisiva reproducida por la cadena CNN. Desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama se sumó a la condena de su aliado surcoreano y calificó el ataque como un “desafío a la paz internacional”. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de origen surcoreano, el gobierno británico y el japonés también repudiaron la agresión norcoreana.