EL MUNDO
El Jomeini de Irak
El líder chiíta de Irak, ayatollah Mohamad Baqer al Hakim, instó ayer a sus seguidores a la “resistencia pacífica” contra las tropas de ocupación estadounidenses y británicas, y propuso un gobierno iraquí de chiítas, sunnitas, kurdos y demás minorías. Hakim, de 66 años, regresó a Najaf, la ciudad santa de los chiítas iraquíes, luego de vivir exiliado durante 23 años en Irán. Ante miles de seguidores, Hakim recordó que EE.UU. ayudó al régimen “criminal y embustero” de Saddam Hussein “hasta el último instante”, luego de la primera guerra del Golfo, cuando el levantamiento de los chiítas del sur iraquí fue aplastado sin que Washington interviniera. El líder chiíta también recordó que el régimen talibán de Afganistán fue impuesto con la ayuda de EE.UU. “Nuestros hermanos deben saber que deseamos la independencia y que, si bien no mostramos nuestros fusiles, manifestamos y trabajamos juntos para obtener un gobierno iraquí que represente a todos”, afirmó Hakim. Su retorno a Irak fue seguido con extrema atención por EE.UU., ante el temor de que el ayatollah sea un instrumento de la política iraní y pretenda instalar un régimen fundamentalista en el sur del país, donde predominan los chiítas.