EL MUNDO
El gato y el ratón iraquí
Saddam Hussein, desafiante ante la acción militar que amenaza con derrocarlo, ha descripto la gira del vicepresidente Dick Cheney por conseguir el apoyo árabe como inútil. El comentario vino mientras Cheney llegaba a Jordania ayer, comenzando una amplia gira por los Estados árabes. A pesar de que los líderes árabes han expresado públicamente su oposición a un ataque de ese tipo, los diplomáticos árabes insisten en que la mayoría de los jefes de Estado árabes en privado estarían felices de deshacerse de Saddam Hussein. Sin embargo, Saddam puede intentar detener un ataque militar al permitir que los inspectores de armas de la ONU vuelvan a revisar si esconde armas biológicas o químicas o si se desarrollan armas nucleares y se extiende el alcance de los misiles. Esto dividiría a la coalición internacional: dejaría satisfecha a casi toda la Unión Europea y a pesar de no satisfacer a EE.UU., haría más difícil para Washington lanzar un ataque. El diario oficial iraquí al-Qadissisya dijo que la gira de Cheney era “inútil y maldita y buscaba lograr un único objetivo, que es atacar la resistencia de Irak y Palestina”. Llamó a los líderes árabes que figuran en el itinerario de Cheney –incluidos los vecinos de Irak, Kuwait y Arabia Saudita– a que se levanten contra su “actividad agresiva”. Arabia Saudita sería una plataforma de lanzamiento reacia a un ataque de gran envergadura sobre Irak, pero Kuwait está más inclinada a darle a Estados Unidos las bases que pida.