El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva declaró ayer en forma voluntaria ante la Fiscalía para brindar informaciones sobre sus viajes al exterior, sospechados de haber sido usados para actuar a favor de una empresa nacional. El ex mandatario fue recibido por el procurador de la República, Ivan Cláudio Marx, a quien respondió todas sus preguntas. Lula aseguró ayer al fiscal que jamás intercedió en la autonomía del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) y en las decisiones de la entidad sobre concesiones de préstamos. “Quien desconfía del Bndes no tiene noción de la seriedad de esa institución”, afirmó. El ex mandatario argumentó además que los presidentes y ex presidentes del mundo entero defienden empresas de sus países en el exterior y que, para él, hacer eso es “un motivo de orgullo”. Además explicó que todos sus ingresos por conferencias fueron declarados y contabilizados “con los debidos impuestos pagados”. Lula pasó a ser investigado formalmente por la Fiscalía del Distrito Federal en julio pasado, después de que los fiscales detectaron indicios suficientes para abrir el proceso por presunto tráfico internacional de influencia. Denuncias realizadas en mayo por la revista semanal Época sugieren que Lula intercedió ante gobiernos extranjeros para conseguir contratos para la constructora Odebretch y ante el Bndes, para que financiara las obras mediante préstamos a bajo costo. Según la denuncia, el banco de fomento financió al menos 1600 millones de dólares a obras realizadas por la constructora, que pagó todos los viajes de Lula. Los contratos habían sido firmados después de que el ex jefe de Estado se reuniera con autoridades de los países que visitaba, entre otros, Ghana, Cuba, Angola y República Dominicana. Odebretch admitió haber pagado alguno de esos viajes, aunque negó que el ex presidente trabajase como su consultor.