Luego de la denuncia de la legisladora Gabriela Alegre, en la que señaló que el Ministerio de Educación porteño hizo dos contrataciones por el mismo objeto, el Gobierno de la Ciudad anuló una de las dos licitaciones. Lo hizo público luego del artículo publicado en Página/12 y no antes, como había afirmado el ministro Esteban Bullrich en un intento por desmentir la información. De las dos contrataciones, el ministerio anuló la más barata, que le había entregado a la agencia Reale-Dalla Torre, uno de los bolseros vinculados a las irregularidades en el manejo de la pauta publicitaria. Dejó en pie la contratación más cara, que se llevo una empresa vinculada a Reale-Dalla Torre. Los ganadores de esta licitación son aportantes de la campaña de Cambiemos. Además, hicieron encuestas para el macrismo en la elección de Mendoza, de donde son oriundos.

“Ante la contundencia de los hechos que denunciamos, el ministro Bullrich dio marcha atrás con la misma torpeza que mostró antes, al usar pliegos gemelos para favorecer a empresas amigas”, sostuvo Alegre. “Nos preocupa que un funcionario tan incompetente esté a cargo del Ministerio de Educación de la Ciudad”, afirmó la jefa del bloque kirchnerista de la Legislatura porteña.

Este diario informó sobre una denuncia de Alegre, quien descubrió que Educación hizo dos contrataciones idénticas: una licitación privada y una contratación menor con dos pliegos que coincidían letra por letra. El objeto es organizar hasta 30 reuniones de 15 empleados municipales. La primera se la adjudicaron a Reale-Dalla Torre (RDT) por 568 mil pesos. Se trata de la misma empresa que maneja publicidad del gobierno porteño y a la que dos radios de La Pampa denunciaron por diferencias importantes entre los montos que recibieron y los que figuran como pagados en la información oficial. Además, los dos dueños de RDT y una buena parte de sus empleados aportaron a la campaña de Cambiemos, al menos, 345 mil pesos.

La segunda contratación fue preadjudicada por un millón 800 mil pesos a La Usina Digital, cuya gerente fue empleada de RDT hasta 2013. No es la única relación que une a ambas agencias: en la licitación se presentó otra empresa, Praxis, también vinculada a RDT, y perdió porque no pudo presentar el monto mínimo de la garantía. Tanto RDT como La Usina Digital tienen la misma dirección: Humboldt 1550. Por si faltaban elementos, La Usina Digital le facturó a RDT 498 mil pesos en febrero de este año.

Los dueños de La Usina Digital, al igual que RDT, figuran entre los aportantes de Cambiemos: Pablo Miranda Vidal y Mariela Soledad Giorgi aportaron 20 mil pesos a la campaña de Macri. Lo hicieron justo antes que un empleado de RDT que puso el mismo dinero. Todo en efectivo. Además, La Usina Digital tiene contrataciones por otros 23 millones de pesos, en su mayoría con la Secretaría de Comunicación Social, para la que trabajaba otra de sus integrantes.

Antes de la publicación del artículo, este diario consultó tanto al ministro de Educación porteño como a sus voceros para que dieran su versión y decidieron no hacer ningún comentario sobre los contratos. Dos días después, Bullrich intentó desmentir la denuncia de Alegre: “La información es errónea y falsa. Las licitaciones se lanzaron y mucho antes de la nota se había corregido el error de haber lanzado dos licitaciones por el mismo proceso. Por lo cual, nunca se contrataron y nunca se pagaron. Se corrigió el error porque tenemos sistemas de control. La información es pública. Lo que estoy diciendo se puede chequear”, afirmó Bullrich.

Como el funcionario afirmó que “la información es pública”, este diario buscó en el Boletín Oficial: la resolución que mencionaba no estaba publicada. Entonces, Página/12 les solicitó tanto al ministro como a sus voceros que entregaran los documentos públicos a los que se habían referido. Pero optaron por no ofrecer ninguna documentación.

Ayer apareció una disposición publicada en Buenos Aires Compras (BAC), uno de los sitios del gobierno porteño. La norma sigue sin figurar en el Boletín Oficial. En ella, se anula la contratación más barata, que es la de Reale-Dalla Torre. Y se mantiene la más cara, la de la empresa asociada a RDT. En la disposición, el funcionario que había hecho las contrataciones –el director general de Administración de Recursos, Gonzalo Riobó– arguyó que “las condiciones previstas para la contratación fueron mal dimensionadas y, por lo tanto, no se ajustaban a las medidas puntuales para poder llevar adelante el contenidos, diseño y diagramación”. No detalló cómo se habría dimensionado mal el servicio de hacer reuniones con empleados (los pliegos eran idénticos, se les pedía lo mismo a ambas). Indicó también que estaba mal dimensionado para hacer el anteproyecto “Conocé las escuelas de tu barrio”, que no figura en el pliego de la contratación.

La disposición informa que suscribieron con la empresa Reale-Dalla Torre una rescisión del acuerdo, que la empresa, curiosamente, firmó de buena gana renunciando a sus derechos adquiridos. La ganadora fue La Usina Digital, entonces, por más del triple de lo que le iban a pagar a RDT.

Llaman la atención las fechas de la disposición: la resolución lleva la fecha del 9 de octubre de 2015, el último día hábil previo a la publicación de la denuncia en este diario. Sin embargo, en la misma página en la que la dieron a conocer, se establece que la “fecha de vinculación” es el 14 de octubre. Es decir, exactamente el día posterior a la publicación de Página/12. Al día siguiente, Bullrich abandonó su mutismo y decidió hablar de una “noticia falsa”. Sostuvo que se había corregido “mucho antes de la nota”. Sus propios documentos lo desmienten.