El norte israelí volvió a sufrir una lluvia de cohetes Katyushas ayer. La mayoría cayó en espacios abiertos sin causar víctimas. Hubo seis heridos, uno grave, y alrededor de 50 personas fueron internadas por estar en estado de shock. En total, Hezbolá lanzó al menos 130 cohetes, especialmente contra la región de Galilea, la ciudad portuaria de Haifa y las aldeas vecinas. Hassan Nasrallah, el líder de la milicia chiíta, anunció ayer que están listos para demostrar su potencial militar y extender sus ataques más allá de Haifa. El próximo objetivo sería la ciudad de Netanya, a sólo 35 kilómetros de Tel Aviv.

En los suburbios de Haifa, la lluvia de cohetes alcanzó una escuela, que quedó totalmente destruida, y dañó casas y autos. Las otras dos zonas pobladas que se vieron afectadas ayer fueron Karmiel, Acre y Kiryat Shmona. En el resto –el área de Tiberíades, Safed y Rosh Pina– no hubo víctimas ni daños materiales. A pesar de que las bajas disminuyeron en el norte israelí –en gran parte porque los habitantes ya están organizados para refugiarse en los bunkers–, el número de cohetes es cada día mayor. Desde el inicio de los ataques, 15 días atrás, Hezbolá ha lanzado más de 1400 Katyushas, dejando 19 civiles muertos y cientos de heridos. Actualmente, sólo 46 israelíes continúan hospitalizados.

El anuncio de Nasrallah provocó miedo entre los israelíes. Muchos residentes de Haifa y de las otras ciudades norteñas que vienen siendo atacadas se refugiaron en Netanya o en Tel Aviv, huyendo de las cohetes. “En esta nueva etapa, nuestros ataques no se limitarán a Haifa”, advirtió el líder de Hezbolá.