Miércoles, 25 de octubre de 2006 | Hoy
EL MUNDO › EL PARO DE TRANSPORTES LLEGA EN UN MOMENTO DE BONANZA ECONOMICA
La economía uruguaya está en ascenso. El PBI crece a un ritmo de 7 por ciento anual, el ingreso salarial aumentó un 8,8 por ciento en 2006, la inflación se mantiene en un 6,5 por ciento y se ha saldado gran parte de la deuda externa. A pesar de ello hay conflictividad, lo que indica, según los expertos, que el paro de transportes no se explica por causas meramente económicas, sino que hay una fuerte relación con la política y el deseo de boicotear al gobierno de Tabaré Vázquez. El paro se produce en rechazo al aumento del precio del gasoil resuelto por el gobierno para subsidiar el transporte de colectivos de línea.
El paro de transportes en Uruguay no es algo nuevo. En julio de 1999 unos 25 mil camiones uruguayos y más de 600 extranjeros hicieron uno de 72 horas que virtualmente paralizó el tránsito de mercaderías en todo el país. Los transportistas reclamaban una sustancial rebaja de impuestos. “El mismo gremio de transportistas ya había hecho paros hace algunos años. No es algo nuevo. Lo que sí es nuevo es que se lo hagan a un gobierno de izquierda”, indicó a Página/12 el economista Javier de Haedo, ex vicepresidente del Banco Central de Uruguay.
El paro actual se convirtió en una de las protestas más importantes de los últimos años en Uruguay y la más grande que enfrentó hasta ahora la administración del socialista Tabaré Vázquez, que en marzo de 2005 se convirtió en el primer presidente de izquierda del país. El gobierno resolvió hace pocos días aumentar el precio del litro de gasoil, el principal combustible utilizado para el transporte de carga y de pasajeros, en el equivalente a unos cinco centavos de dólar. Con lo recaudado se dará un subsidio para abaratar el transporte de autobuses, que es utilizado principalmente por personas de ingreso medio y bajo en Uruguay. Hay voces que argumentan que el incremento es irrisorio, por lo que la movida sería básicamente política.
Pero ese no es el único punto del conflicto. Los transportistas cuestionan además una amplia reforma tributaria que impulsa el gobierno y que, entre otros cambios, elimina la exoneración de los aportes a la seguridad social que deben realizar sus empresas. “Es una de las reformas emblemáticas del programa de izquierda, porque el sistema tributario uruguayo tiene muchas imperfecciones. Está lleno de subvenciones y de elementos pasibles de evasión”, explicó a Página/12 el analista económico Jorge Jauri. “En lo que respecta a la reforma tributaria sí hay una parte importante de motivación económica, ya que van a aportar más sectores profesionales, rentistas y el sector agropecuario”, agregó el economista del diario La República.
La economía uruguaya está muy primarizada: está basada sobre todo en la exportación de carne y granos. La industria es débil, y el país importa la mayor parte de los artículos de Brasil y Argentina. Los analistas coinciden en que Uruguay está ahogado por los países más grandes del Mercosur y que hay una dependencia económica muy fuerte. “Desde el punto de vista macroeconómico, Uruguay es una provincia argentina y un estado brasileño. Son dos países que lo influyen mucho, pero no viceversa”, explicó el economista De Haedo. A pesar de que se dio marcha atrás con la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, lo que podría significar un golpe para las inversiones, en Uruguay hay optimismo. Los economistas esperan que en 2007 la economía continúe creciendo, al menos en un 4,5 por ciento.
Informe: Virginia Scardamaglia.
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