El senador de origen cubano Mel Martínez asumirá la presidencia del Partido Republicano en enero y se convertirá en el primer hispano en encabezar uno de los dos grandes partidos estadounidenses. El cambio es un efecto de la rotunda derrota que sufrió el partido en las elecciones legislativas. Los republicanos buscan recuperar al electorado hispano, el cual se volcó en un 60 por ciento por los demócratas. Además, Martínez, un abogado de 60 años, es un hombre de confianza de George Bush. Durante tres años fue su secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, puesto que dejó para candidatearse al Senado. Hoy apoya la reforma migratoria que impulsa la Casa Blanca y es un férreo opositor de Fidel Castro.