Sábado, 12 de abril de 2008 | Hoy
EL PAíS › RENUNCIó EL MARINO QUE ESTUVO EN LA ESMA Y ASESORABA A LA PROCURACIóN PORTEñA
El capitán de navío Pedro Florido, denunciado por obligar a falsificar documentación a un secuestrado de la ESMA y por comandar el Grupo de Contención de la Armada, renunció a su cargo de asesor de la Procuración designado por el macrismo.
Por Nora Veiras
El capitán de navío retirado Pedro Florido, oficial de Inteligencia y abogado, era un habitué al centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA. Ya en democracia supo ser el alma mater del “Grupo de Contención” de la Armada encargado de asesorar a represores acusados de delitos de lesa humanidad y de-sactivado a partir de las denuncias de este diario. Hasta fines de febrero no figuraba en el Registro de Retirados, lo cual indica que había sido recontratado y cobraba como si estuviese en actividad. Apenas Página/12 informó que estaba en esa condición, el Ministerio de Defensa aseguró que había dejado la actividad. Encontró conchabo rápido: había sido contratado como asesor de la Procuración General de la Ciudad de Buenos Aires. Ayer, Florido presentó la renuncia indeclinable al cargo en el gobierno macrista. “El nombramiento lo hice yo a pedido de uno de los procuradores adjuntos, Carlos Guaia. No conocía esos antecedentes. La renuncia la decidió Florido”, dijo a este diario el procurador general Pablo Tonelli,
–¿Qué explicación le dio Florido?
–La única explicación que me dio era que no quería afectar ni a la Procuración ni al Gobierno de la Ciudad.
–Era conocido que se había desempeñado en la ESMA durante la dictadura y que asesoraba a los represores...
–Yo no conocía las cosas que se le adjudican. Florido era asesor de Guaia.
–¿Qué explicación le dio Guaia?
–Lamentablemente, Guaia había viajado el viernes a la noche a los Estados Unidos por razones personales y no estaba para darme ninguna explicación.
–¿Se dijo que el nombramiento de Florido no apareció en el Boletín Oficial?
–No me tomé el trabajo de revisarlo, pero eso no es así. Todas las designaciones se publican en el Boletín Oficial. Lo designamos en diciembre, al principio de la gestión.
Florido tiene una larga historia en la Armada. Durante la dictadura el entonces joven oficial-abogado era un asiduo visitante a la ESMA. Víctor Basterra, uno de los secuestrados que era obligado a falsificar documentación, declaró que Florido le exigió la confección de un pasaporte argentino para el gran maestre de la Logia P2, Licio Gelli. Con ese documento fue detenido Gelli en Europa. Eran varios los militares argentinos que engrosaban esa organización mafiosa, entre ellos el mandamás de la Armada, Emilio Eduardo Massera.
Esos años en el corazón de la represión le garantizaron a Florido el conocimiento cabal de los responsables directos y de sus víctimas. Con el retorno a la democracia siguió haciendo carrera hasta que ese expertise se convirtió en esencial. Con la continuidad de los juicios por el robo de bebés, considerado delito de lesa humanidad aún antes de la anulación de las leyes de impunidad, Florido empezó a ser un habitué de Tribunales. Los cronistas de la época recuerdan que el capitán visitaba al entonces juez Adolfo Bagnasco. Garantizaba que los uniformados se presentarían y a cambio “negociaba” que siguieran libres o en prisión domiciliaria.
En el 2000, la jueza María Romilda Servini de Cubría llegó a citar a Florido a su despacho. La crónica de Clarín consignaba que lo había increpado por las amenazas que había sufrido uno de sus secretarios que llevaba una causa por robo de bebés. “No me vengan con el cuento de que ustedes no pueden hacer nada, porque si los quisieran parar, los pararían”, le habría dicho la jueza al capitán de navío abogado fundada en la sospecha de que desde la conducción de la Armada, que ejercía Joaquín Stella, se les prestaba colaboración a los imputados en causas por delitos de lesa humanidad.
Página/12 había denunciado que “un día antes de la entrega del poder el ex presidente Carlos Menem y su último ministro de Defensa, Jorge Domínguez, pidieron el ascenso a capitán de navío del oficial de la Armada Pedro Florido”, a pesar de sus antecedentes en la ESMA y su “trabajo” en Tribunales. En ese momento, diciembre del ’99, este diario había confirmado que el capitán abogado Florido actuaba junto con Sergio Vargas como enlace de la Armada ante los jueces para que le comunicaran cualquier novedad sobre los expedientes que interesan a la Armada, por la apropiación de bebés o averiguación de la verdad. A pesar de esos antecedentes, Florido fue ascendido durante el gobierno de la Alianza y recién se retiró a fines del 2003. Para entonces, el Grupo de Contención había pasado del área de Inteligencia al de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales.
Florido pertenece a una familia consecuente. Su hermano Rodolfo Patricio, integrante también del Servicio de Inteligencia de la Marina, recaló en la SIDE en los albores del menemismo junto con otros represores. Amigo del nazi Erich Priebke, Rodolfo Florido se mudó a Bariloche donde hace oír sus opiniones en una FM. Formó parte de la troupe de servicios despedidos durante la gestión aliancista. Oficiales retirados con el apoyo de agentes de Personal Civil de Inteligencia potencian sus convicciones en la Unión de Promociones. Durante la campaña electoral, la UP consiguió reunirse varias veces con los referentes PRO. La fallida designación de Florido se convirtió en un traspié a pesar de la coincidencia de intereses.
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