EL MUNDO › IL CAVALIERE EVITA DEBATIR Y BATE RECORDS DE AUDIENCIA

Para Veltroni, que lo mira por TV

 Por L. L. y M. M. *

A la cita clave con su cierre de campaña, el pasado jueves junto al Coliseo de Roma, Silvio Berlusconi llegó una hora tarde. Venía de grabar su entrevista en Porta a Porta, el programa de su amigo Bruno Vespa en la principal cadena italiana de televisión: la RAI Uno. Apareció ronco, cansado y sin argumentos. Su principal aliado, Gianfranco Fini, y el candidato a la alcaldía romana del Pueblo de la Libertad (PDL), Gianni Alemanno, ejercieron de teloneros durante más de una hora ante unos pocos miles de seguidores poco entusiasmados. Muchos pensionistas y bastantes jóvenes, parejas de mediana edad y paseantes curiosos; no llegaban a dar impresión de multitud.

Cuando por fin aparece, Berlusconi explica su verdad: “No pensaba tener que hacer esta campaña”, dice. “Pensé que la izquierda no os engañaría otra vez. Pero han puesto a ese gran fabulador que es Veltroni, a ese gran mentiroso, y he tenido que salir a la calle.” Luego agita el fantasma del comunismo de su rival, promete menos impuestos, deja unas gotas de populismo y xenofobia: “El 40 por ciento de los delitos los cometen extranjeros”.

La campaña electoral del PDL se libra menos en los mitines que en las televisiones. Quizá por eso muchos desertaron de la cita y prefirieron la RAI: el programa fue visto por 2,5 millones de personas y superó en 650 mil espectadores a la entrevista de Veltroni, que se emitió, por sorteo, el día anterior. Los asesores de Berlusconi han evitado a toda costa el cara a cara con Veltroni para tratar de mantener la ventaja –entre dos y seis puntos– que muestran los sondeos, cuya tendencia ha acercado mucho a los candidatos a medida que avanzaba la campaña.

En la plaza romana, bajo el Arco de Constantino, Berlusconi basa su discurso en ironías y chistes, algunos poco afortunados. Parece que no sabe si está en Roma o en Milán. Anuncia que Ronaldinho ha dicho que si deja el Barça sólo fichará por el Milán; luego condena: “Está mal de la cabeza”, dice, al ídolo de cientos de miles de romanos, Francesco Totti, por apoyar a Veltroni.

Sus fieles están encantados. Daniele Isola, un abogado de 38 años muy elegante, dice que votará a Berlusconi “porque por lo menos impedirá que vuelva Romano Prodi” y porque “es el único que puede salvar a las familias del hambre”.

La seguridad es el terreno favorito del PDL. Daniela Luciani, de 45 años, lo confirma. “Voto a Berlusconi para que garantice legalidad. No nos sentimos seguros. Estoy convencida de que ganará por eso.” Al fondo, Alemanno insiste: “¡Queremos sentirnos los dueños de la casa! No queremos prostitutas, menores mendigando, basuras, pintadas. La izquierda detuvo, encarceló y soltó a 20 mil nómadas y clandestinos que siguen en las calles. ¡Vamos a liberar a Roma de la degradación!”, aseguró la mujer italiana.

Fini justifica su renuncia a presentarse como candidato por Alianza Nacional: “El PDL ha nacido por amor a la patria. Primero va la patria, luego el partido; antes de las personas, viene el pueblo. Caro Silvio, tienes la palabra”. Suena el himno nacional, unos pocos cantan la letra. Se pone a llover, Berlusconi sonríe y empieza a hablar.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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