Sábado, 12 de abril de 2008 | Hoy
EL MUNDO › POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA DE ESPAñA UN MANDATARIO ASUME CON MAYORíA SIMPLE
Al inaugurar su segundo período ante el congreso, prometió profundizar su ayuda a los más necesitados y prometió salir de la crisis económica sin sacrificar el estado de bienestar. Además confirmó a Fernández como vicepresidenta.
Por Oscar Guisoni
Desde Madrid
Tal y como se esperaba, José Luis Rodríguez Zapatero fue investido ayer nuevo presidente del gobierno, con el apoyo de los 169 diputados socialistas. Es la primera vez en la historia de la joven democracia española que un jefe de Estado elegido en las urnas llega al poder confirmado por la mayoría simple del Congreso, ya que el PSOE no logró durante la primera votación desarrollada el martes el apoyo de otras fuerzas políticas para elegir a Zapatero por mayoría absoluta. Mañana se conocerán los nombres de los futuros ministros, aunque los trascendidos indican que no habrán grandes novedades con respecto a su primer gobierno. En la sesión de investidura, Rodríguez Zapatero se comprometió a profundizar su política de ayuda “a los más necesitados” y recalcó que tiene un plan para salir de la actual crisis económica que golpea al país sin sacrificar su política de ampliación del estado de bienestar. Todo un reto.
Luego de que el rey Juan Carlos I haga hoy público el nombramiento del primer ministro comenzarán a conocerse los nombres de su Gabinete. Hasta ahora, Zapatero sólo ha confirmado a la actual vicepresidenta de gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, una de las figuras que goza de mayor popularidad por su defensa de los derechos de la igualdad de las mujeres y por la contundencia con que resolvió durante la pasada Legislatura los principales conflictos políticos que sacudieron al gobierno. El otro confirmado es el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes, a quien Zapatero pidió durante la campaña electoral que siga al frente de una cartera clave para enfrentar los nubarrones que se avecinan. Solbes fue ya ministro de Economía con Felipe González y está considerado un liberal moderado capaz de tranquilizar a empresarios y sindicatos a la vez, un atributo que deberá poner en juego en los próximos meses, ya que Zapatero anunció que piensa convocar al diálogo a los principales actores económicos para encontrar soluciones a la crisis. Ayer se hizo público el índice de inflación interanual, que llegó al 4,5 por ciento, el más alto desde hace diez años. Una cifra capaz de encender todas las alarmas, al igual que el dato hecho público por la Confederación de Empresarios (CEOE) que advirtió ayer que la actual crisis costará cerca de 800 mil empleos y pidió al gobierno menos cargas fiscales y mayor flexibilidad en los contratos de trabajo.
Pero si el panorama económico se presenta negro para el nuevo gobierno, el escenario político parece encaminarse hacia una cierta normalidad, luego de cuatro años de duros enfrentamientos entre los socialistas y el Partido Popular, que rechazó con dureza la política de ampliación de derechos de las minorías, como el matrimonio homosexual llevado a la práctica por Zapatero y hasta llegó a cuestionar la política antiterrorista del gobierno, algo que ningún otro gobierno democrático había tenido que soportar desde que existe el grupo separatista ETA. El líder del PP, Mariano Rajoy, se mostró ayer dispuesto, tal y como había expresado tibiamente el martes durante el debate previo a la primera ronda de votación en el Congreso, a llegar a acuerdos con los socialistas en áreas como la lucha contra el terrorismo, la renovación de las autoridades del poder judicial y el conflictivo tema de la financiación de las comunidades autónomas. El PP se opuso durante la pasada Legislatura a la reforma del estatuto de autonomía de Cataluña y enrareció el debate político afirmando que Zapatero estaba llevando el país a la disolución.
Pero la voluntad de llegar a pactos con los socialistas expresada por Mariano Rajoy es por ahora una mera declaración de intenciones. El líder del PP enfrenta una dura crisis política dentro de su propio partido, que a finales de junio deberá decidir en un congreso quién será su líder durante los próximos años. Rajoy pretende renovar su mandato, pero el sector más derechista del partido amenaza con presentar la candidatura de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, apoyada en su cruzada ultraconservadora por algunos medios de comunicación afines a la derecha, como el diario El Mundo y la influyente emisora radial de los obispos, la cadena COPE. Hasta que no se aplaquen las tormentas sucesorias dentro del PP, Zapatero tendrá que contentarse con recorrer los primeros meses de su gobierno en soledad, una soledad que ayer se hizo evidente con su elección por mayoría simple en el Congreso.
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